sábado, 27 de junio de 2015

¡Sorpresa! Encuentro una Cabeza de Águila más, en Mellado, municipio de Guanajuato, Guanajuato.

  Ocurrió hace pocas horas, en el pueblo de Mellado, sitio en donde hay una mina, la de Rayas, en donde se creó un pueblo para atender las necesidades de la misma. Los Mercedarios se establecieron aquí gracias al apoyo de los propietarios de la mina, la familia Busto y Moya. Mellado está hacia el norte de Guanajuato, razón por la cual me sorprendí al ver allí una de las esculturas de reposición que se colocaron en 2010, año del Bicentenario. Pero este no es sitio en donde debiera estar una Cabeza de Águila, dado que el contingente venía del sur, había pasado por Salamanca, Irapuato, una parte estaba en Silao, la otra en la Hacienda de Burras y desde allí se hizo aquello que pasó a la historia como el pasaje de la "Intimidación". 

  La ruta, así como fue creada originalmente en 1960, cuando el Sesquicentenario, no contemplaba este sitio, entiendo que la Comisión creada para los festejos del Bicentenario, decidió colocar algunas de las estelas en sitios emblemáticos, como fue en la Pequeña Francia, es decir, en San Felpe Torresmochas, en donde se colocó una con el sustento de que la idea de la lucha por la Independencia comenzó allí, pero esa idea siguió a Querétaro, y por allá no se coloco estela de Cabeza de Águila alguna. Entiendo, también, que ese fue un programa estatal de Guanajuato.

  Las estelas de reposición no son réplicas, pues no son idénticas a las originales, son parecidas, además que, no se si fue intencional, pero las bases están al revés, la idea original del pedestal era mucho más estética, no digamos la cabeza en sí. Una de ellas, en la ciudad de Guanajuato fue colocada en la Albóndiga de Granaditas, sitio en el que el programa original la contemplaba. Otra fue puesta en lo que era Pensiones del Estado, justo afuera del restaurante Vip's. Encontramos esta tercera, en Mellado, al norte de la ciudad. Agreguemos que hay dos originales, una en la cuesta, la otra en San Sebastián, así es como la ciudad de Guanajuato se coloca a la cabeza de las Cabezas, pues cuenta con 5 de ellas.

   Si buscamos un sustento, este podría ser que hacia el norte se fue el cura Hidalgo, luego de la (sanguinaria) toma de Granaditas, cuando fue en busca de sus hermanas pues bien sabía que ellas serían las primeras  a quienes las autoridades interrogarían, Hidalgo fue, dicen, a entregarles dinero y a despedirse de ellas, por lo tanto él fue en rumbo norte, a los tres días regresó, quizá en esa rápida salida pasó por Mellado. Pero, al ver esta placa, de las que se colocaron en 1985, cuando la conmemoración de los 175 años del inicio de la Independencia, marcan a Mellado como el sitio en donde vivía el Pípila. Asociación fuerte de ideas, que bien podría respaldar la razón por la cual se colocó esta Cabeza de Águila que me complica un poco el conteo que inicié en 2010, pues no estaba contemplado en la ruta original.

  Así se ve, con telefoto, el monumento al Pípila, desde Mellado, en donde hay, una estela más de Cabeza de Águila.

  Hermoso en verdad, es el pueblo de Mellado.




domingo, 14 de junio de 2015

La conmemoración de Víctimas por la Patria, cambia de fecha.

   En un artículo anterior habíamos visto cómo, en 1822, se estableció una fecha cívica en el Calendario, la del Aniversario por las Víctimas de la Patria, la cual se fijó para el 17 de Septiembre, y la apoteosis de la celebración ocurrió en 1823, cuando se realizaron las solemnes exequias en la Catedral Metropolitana de los restos de Miguel Hidalgo y los demás caudillos de la Independencia. Ahora, lo que encuentro, gracias a la magnífica biblioteca digitalizada de la Universidad Autónoma de Zacatecas, es el Calendario del mes de Septiembre de 1854 en donde aparece claramente marcada el día 18 como de las Víctimas de la Patria. Lo que no tengo claro es cuándo se hizo el ajuste en las fechas pues para este año aparece el 18 y el 17 como la Festividad de Nuestra Señora de los Dolores, cosa que estaba marcada para el día 15. Espero encontrar las fechas en que se hicieron los mencionados ajustes, mientras podrás ver el Calendario de Septiembre de 1854:
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viernes, 12 de junio de 2015

Las Hidalguinas y las Hidalguianas en la Guerra de Independencia

   Cae en mis manos, por mera casualidad, una de las publicaciones especiales del Bicentenario, la de diciembre de 2009 de la Revista Proceso, las cuales, en su momento, por falta de presupuesto, no me fueron posibles adquirir, pero la suerte es buena y encuentro en las páginas de este número un concepto que me llamó poderosamente la atención: Hidalguina.

   De pronto lo cambia la autora por el de Hidalguiana, que al final es lo mismo, "alguien afecto a". Debemos de sumarlo al de Seductora y al de Adicta, palabras, por cierto, que fueron ya aclaradas y que no debemos darle ese enfoque que se le da en la actualidad a lo que es la seducción y la adicción. Hidalguina, me parece interesante y poderoso lo que la palabra encierra y está asociado a la participación de las mujeres en la Independencia de México. Extraigo lo que la autora comenta, de seguro te causará el mismo impacto que a mi el saber de estas Hidalguinas e Hidalguianas:

  “No hay memoria alguna de estas mujeres en México. ¿Dónde quedó el recuerdo de ellas? ¿Por qué no recordamos a las “hidalguianas”, las que siguieron a Hidalgo, al Padre de la Patria, excepto por dos figuras, Leona Vicario y Josefa Ortiz de Domínguez? ¿Por qué no hay lugar para ellas en el panteón de mitologías nacionales? ¿Por qué, en cambio, tenemos tan presentes a las Adelitas, sombras fieles de sus compañeros?

   “En Tuxpan, en la costa del Golfo de México, en el estado de Veracruz, el 30 de julio de 1811, Ana Villegas fue ejecutada. Su crimen fue instigar a la insurrección de Chicontepec en el mismo estado de Veracruz, algunos kilómetros tierra adentro y asolo pocos al sur de Hidalgo, en el territorio conocido como la Huasteca. El cura de la parroquia del puerto de Santa María Tuxpan escribió: “… yo di sepultura al cadáver adulto de Anna Villegas, insurgente; recibió los santos sacramentos de penitencia y extremaunción y le levanté la excomunión en que estaba incusa por sectaria, hidalguiana y cabecilla”. En su contra declaró su propio hijo, de 22 años de edad también prisionero, quien “por traidor tenía todo embargado”. Él juró ser inocente y acusó a su madre de ser “seductora de indios”, propagadora de la causa de Hidalgo. También la culpó de cooperar con y por la insurrección". (1)

Fuente:

1.- Carmen Bullosa. Las Insurgentes. Proceso Bi-Centenario Fascículo 9. México, Diciembre, 2009, pp. 27-35