Sabedor don Miguel Hidalgo de los excesos que la tropa Insurgente ha cometido a lo largo del trayecto desde la salida de Dolores, comenzando con el problema sucitado en San Miguel el Grande cuando se pretendía saquear las casas de los españoles, cosa que Allende impidió, siguiendo luego con lo acontecido en Celaya y más aun, la violencia y exacerbada vivida en la toma de Granaditas, luego en Valladolid y, prcticamente a lo largo del camino hasta llegar al enfrentamiento en Monte de las Cruces. Saqueos, robos, seguramente hubo violaciones, cosa que no se menciona directamente pero bien se pueden presumir. Así pues, ante esta experiencia vivida en repteidas ocasiones y a sabiendas que un enfrentamiento más entre realistas e insurgentes se daría en los días próximos, antes de partir de Guadalajara, el 14 de enero de 1811, se hace publicar el siguiente bando:
Cuartel General en Guadalajara.
Don Miguel Hidalgo y Costilla, Generalísimo, y don Ignacio Allende, Capitán General de América, etcétera.
El descanso que produce a nuestro corazón la docilidad y alegre semblante con que innumerables hombres se prestan a militar bajo de nuestras banderas protectoras de la libertad de la patria y de nuestra santa y respetable religión; la satisfacción que sentimos de fuego y patriótico entusiasmo que se advierte difundido entre las huestes de nuestro mando, quienes posponiendo sus particulares intereses como verdaderos ciudadanos aventuran su propia existencia por mantener los sagrados derechos del hombre; la suma complacencia de ver rota la cadena de nuestra vergonzosa esclavitud y en términos ya de disfrutar las delicias de nuestra suspirada libertad; el gusto todo de haber redimido de la indecorosa prostitución nuestras inocentes costumbres, suele a veces alternarse con los sinsabores, producciones de la delincuente conducta de algunos, que bajo el simulado velo de fieles patriotas no emprenden más que su propia y distinguida subsistencia por reprensibles y vergonzosos medios.
Algunos, a pretextos de comisiones solicitadas por ellos mismos para aprehensión de europeos, averiguación y realización de sus bienes, para los precisos gastos del fondo nacional ocurriendo con profusión a los suyos particulares, hostilizan, roban y perturban la tranquilidad pública sin llenar el objeto de su destino; y aprovechados de las ya referidas comisiones, al punto de partir pretextan enfermedades, suponen negocios, se ocultan, y retirado el ejército, vuelven a hacer ostentación de sus graduaciones y a dedicarse a su antiguo empleo de saqueadores.
En cuya atención hemos venido en mandar.
Lo primero, que todo individuo que alistado a nuestro ejército no acompañare a su respectivo cuerpo el día de su salida, se reputará en el acto por ex-honrado e incurso en las penas de desertores declaradas por ordenanza.
Lo segundo, que desde el momento mismo de la publicación de este bando declaramos por revocadas, nulas e insubsistentes las comisiones libradas al registro de casas y solicitud de bienes de europeos y sus personas, siendo necesario en lo sucesivo para cualquier acto de esta naturaleza, nueva expresa orden que comunicaremos con conocimiento de causa, de que resulta por una natural consecuencia que cualquier individuo sea del carácter y condición que fuere y se aventure a entrar en casa alguna, con la investidura de comisionado sin manifestar la credencial, sea repelido como a ladrón, aprehendida su persona y juzgada su causa hasta definitiva, por cualquier juez interior, como persona sin fuero ni exención de que por el mismo hecho le declaramos privado, aun cuando lo disfrutara.
Tercero, que la antecedente declaración será extensiva, no sólo a esta capital sino también a todos los lugares del tránsito y sujetos a nuestra jurisdicción, en los que persona ninguna tomará bagajes, víveres, ni otras cosas sin expresa orden, y por mano de respectivos jueces.
Cuarto, que siendo tan indecoroso como nocivo el transporte de mujeres, y mezcla de ésta en el cuerpo militar, mandamos que ninguna de ellas emprenda acompañarnos sin licencia expresa ni especificación de causa que sea bastante; a cuyo efecto, y al puntual cumplimiento de ésta nuestra resolución, recomendamos a los jefes de nuestro ejército, a todo juez, y particularmente a los guardas y comandantes de garitas, no franqueen paso a la que no manifieste la citada expresa licencia para su partida.
Quinta, que muchos con abandono de los sagrados derechos de ciudadano, menosprecio de su honor y delincuente desatención de las obligaciones anexas a las plazas que ocupan, conducidos del miedo, tratan de evadir el peligro que suponen, o anticipan sus marchas con el objeto de ocultarse, o lo verifican en los mismos lugares de nuestra residencia; y para ocurrir a los daños que esto prepara, los inmediatos ya citados jefes, todo juez, los empleados en el resguardo y nuestras tropas avanzadas, celarán escrupulosamente y embarazarán el tránsito, a todo militar que no vaya en formación y unido al cuerpo que le corresponde, aprehendiendo al que intentare salir o presumiere quedarse, y presentándolo a nos, o al comisionado para la resolución a que haya lugar, sobre cuyas disposiciones descansamos bajo los prácticos conocimientos que tenemos de nuestros jefes y oficialidad de ejército, quienes eficazmente prestarán toda su influencia a tan útiles y necesarias resoluciones.
Y para que llegue a noticia de todos, mandamos se publique por bando y fije en los lugares acostumbrados.
Cuartel General en Guadalajara, Enero 14 de 1811.
Miguel Hidalgo,Generalísimo de América.
Ignacio Allende, Capitán General de América.
Ignacio López Rayón, Ministro Nacional del Despacho Universal. (1)
Me llama particularmente la atención el punto número cuatro en donde dice del transporte "indecoroso, como nocivo" de mujeres, creo que debemos de porfundizar en mucho a lo que este artículo se refiere, dado que a lo largo del tiempo de existencia del presente sitio electrónico le hemos dado especial relevancia a la presencia de las mujeres en el movimiento de independencia. Me atrevo a pensar que fueron muchas las críticas que Hidalgo y sus seguidores recibió a lo largo del camino referente a la presencia de mujeres. No está de más recordar a Mariana Campa, La Fernandito, que fue, precisamente en Guadalajara, donde su presencia fue más notoria. Quizá sea este el motivo por el cual el cura Hidalgo decide no tener más presencia femenina dentro de la tropa.
Fuente:Miguel Hidalgo. Documentos por la Independencia. Compilación y estudio preliminar: José Antonio Martínez A. Comité Conmemorativo del CCL Aniversario del Natalicio de Don Miguel Hidalgo y Costilla. LVIII Legislatura de la Cámara de Diputados. Primera edición. México, 2003, p. 153-155.
Tomado de: Hidalgo. Razones de la insurgencia y biografía documental. Carlos Herrejón Peredo. Secretaría de Educación Pública. México, 1987, p. 287-289.
Enlaces:Para consultar éste y todas las actas y bandos publicados por don Miguel Hidalgo y el movimeinto Insurgente, entra aquí:
http://www.biblioteca.tv/artman2/publish/miguel_hidalgo/Miguel_Hidalgo_y_Costilla_Documentos_de_1810_y_1811.shtml