Los puristas de la historia dirán que hay uno y solo uno, parafraseando a la magnífica compañía hotelera internacional One&Only, pero no, no fue así. Ahora que tenemos los actuales sistemas de comunicación, esas "redes sociales" nos hemos ido dando cuenta que los homónimos son montones de cada uno de los nombres que podamos imaginar. Eso es actualmente y eso fue, también hace doscientos años (un Bicentenario) y más. Veamos.
Gazeta de México, 1800.- En la librería de la misma oficina se hallará el "Compendio Histórico Sacro-profano, teológico, dogmático y filosófico-Christiano, que acaba de dar a luz su autor el R.P. Mro. Fr. Miguel Hidalgo de la Orden de Predicadores, para instrucción de los jóvenes, y en gran manera útil y deleitable a todo género de personas: su precio cinco pesos pasta.
Evidentemente que este no es don Miguel Hidalgo y Costilla, aunque hay algunos ilusos que siguen dando por hecho que fue él quien escribió este libro. Recordemos una cosa: don Miguel era secular, es decir, no pertenecía a orden alguna. y el del libro se marca claramente que es un Dominico, pues dice "de la Orden de los Predicadores". (1)
Tenemos uno más, en este caso no se dice ser Miguel pero sí un Hidalgo y Costilla. Para ello debemos recordar que Hidalgo, de la familia de don Miguel que anduvieran en la guerra de Independencia tenemos a su hermano Mariano que lo siguió hasta el mismísimo cadalso. Otro más que peleó del lado de los realistas y que estuviera al cargo del destacamento en Pénjamo y por último un sobrino, Ignacio, que corrió la misma suerte que Mariano y don Miguel pero que, siendo sacerdote, fue ejecutado no en Chihuahua sino en Durango. Pues bien:
HIDALGO Y COSTILLA.- Resulta en verdad sorprendente, ya que no tenemos antecedentes de este personaje de apellidos del iniciador de la lucha, leer el siguiente comunicado realista, incierto Gazeta de México y que dice a la letra: "Acaponeta 6 de noviembre de 1811- El Sr. Cor. D. Pedro Villaescusa, comandante de una división de tropas de Provincias Internas, envió una partida de tropa a castigar la jurisdicción rebelde de Malo, y creyendo los de Acaponeta que su división era para los de aquel pueblo, determinaron y ejecutaron sus vecinos el heroico lance de aprehender a los cabecillas principales que se decían coroneles, nombrados Hidalgo y Costilla, silva, fundidor de cañones, José Miguel López, que se había titulado secretario, y otros tres de los más perversos, que fueron pasados por las armas de orden de dicho jefe: irritados los rebeldes de este acontecimiento amenazaron destruir el pueblo,pero socorrido este por 150 hombres a cargo del Tte. D. Benito Espinoza, con quien se unieron los fieles conductores de los citados reos, fue este valiente desafiado por el cabecilla principal Cesilio Rodríguez (en otro comunicado se nombre Cesilio González) y supo su constancia resisitir el día 6 del corriente un sangriento combate en Acaponeta, desde las ocho de la mañana hasta las cuatro treinta de la tarde, en que ya conocieron los malvados difícil su empresa y desistieron de ella retirándose entre bastante pérdidas entre muertos y heridos, y de nuestra parte sólo hubo uno de los primeros y tres segundos, bien que a las orillas del pueblo saquearon y quemaron varias casas, perteneciendo con ellas en el fuego una mujer, dos hombres y un niño: la voz común era de que los rebeldes ascendía a dos mil, y esta multitud cedió al corto número de poco más de 200 valientes. (Gac. de Méx., 5 de marzo, 1812.) (2)
Fuentes:
1.- Valdéz, Manuel Antonio. Gazetas de México. Compendio de noticias de Nueva España de los años 1800 y 1801. Imprenta de don Mariano Zúñiga y Ontiveros.
2.- Miquel i Verguis. Diccionario de Insurgentes. Editorial Porrúa. México, 1992.
Fuentes:
1.- Valdéz, Manuel Antonio. Gazetas de México. Compendio de noticias de Nueva España de los años 1800 y 1801. Imprenta de don Mariano Zúñiga y Ontiveros.
2.- Miquel i Verguis. Diccionario de Insurgentes. Editorial Porrúa. México, 1992.