Sin lugar a dudas el monumento más emblemático que la ciudad de México tiene es la Columna de la Independencia, cuyo nombre oficial es Monumento a la Independencia. Cuando se construyó era algo excepcional, destacaba en mitad del enorme Paseo de la Reforma por donde eran pocos, muy pocos los autos que transitaban y en donde se ubicaban las mansiones más elegantes de la Capital. Y ellos, los habitantes de esas mansiones y de muchas más, es decir, la élite de la sociedad mexicana, recibió un buen día de Agosto de 1910 a un propio enviado por la Presidencia de la República que les entregaba, en mano, una invitación que el Señor Presidente tenía el agrado de enviar. En la fotografía vemos la maqueta que se hizo del Monumento a la Independencia en 1906.
El Secretario de Estado y del Despacho de Gobernación,
tiene la honra de invitar á Ud. á la ceremonia cívica
que se celebrará á las 9.30 a.m. del
16 de Septiembre de 1910
Primer Centenario de la Proclamación de la
Independencia Nacional,
y á la inauguración que el Señor Presidente de la República
se dignará hacer del Monumento a la Independencia
erigido en la cuarta glorieta del Paseo de la Reforma
lugar de la ceremonia.
México, Agosto de 1910.
Programa a la vuelta.
Programa
1. Obertura de la Tonelli, de Thomas, por la Banda de Policía
2. Informe del Señor Arquitecto Don Antonio Rivas Mercado, Director Artístico del Monumento y autor del proyecto ejecutado.
3. Lectura del acta de Independencia.
4. Discurso por el Sr. Lic. Don Miguel S. Macedo subsecretario de Gobernación.
5. Poesía por el Sr. Don Salvador Díaz Mirón
6. Inauguración Solemne del Monumento á la Independencia que se dignará hacer el Señor Presidente de la República.
7. Himno Nacional cantado por un grupo de seiscientos alumnos de las escuelas primarias y seiscientos orfeonistas, bajo la dirección general del Sr. Velio M. Preza.
Sale de sobra hacer comentarios sobre el evento ya que al leer el programa nos vamos dando cuenta de la magnitud y solemnidad del mismo. Me viene a la cabeza la duda del por qué, en un acto tan importante se inicia con la obertura de la ópera cómica de Ambroise Thomas, seguramente por el afrancesamiento que reinaba en la época. Thomas, compositor francés, la había estrenado en París el 30 de marzo de 1853, basándose en un libreto de Thomas Marie Francoise Sauvage. Siendo compositor de Operas Bufas, seguramente la obra es muy festiva y por eso la eligieron. Ahora bien, me llama la atención que haya sido precisamente Díaz Mirón quién declame en el evento, pues él era diputado de oposición. Lo que vemos es el poster que sobre el ciclo de conferencias que se dio, en el marco del Bicentenario, sobre la obra de Rivas Mercado.
Este era don Antonio Rivas Mercado, mucha de su celebridad se debe más bien a la muerte, el suicidio, de su hija, Antonieta Rivas Mercado que ocurrió en París.
En esta escena vemos el momento en que la Columna de la Independencia es inaugurada. Sobre el Subsecretario de Gobernación, encontramos en Wikipedia que don Miguel Salvador Macedo y González Saravia (1851-1929) era "prominente abogado, funcionario gubernamental y catedrático, casado con Dolores Boubée y Fernández de Córdoba (fallecida en México, 1949). Su padre, hermano de Pablo Macedo, fue rector de la Escuela Libre de Derecho, de la ciudad de México, prominente positivista seguidor de Augusto Comte y discípulo de Gabino Barreda. Ocupó el cargo de subsecretario de Gobernación (1906-1911) del presidente Porfirio Díaz. Don Miguel, por ausencia del titular, estaba encargado del despacho en Gobernación durante el comienzo de la Revolución Mexicana."
Salvador Díaz Mirón - cuyo nombre de bautizo fue Salvador Antonio Edmundo Espiridión y Francisco de Paula Díaz Ibáñez (Puerto de Veracruz, Ver., 14 de diciembre de 1853 - id., 12 de junio de 1928), fue un poeta mexicano precursor del modernismo. Trabajó como periodista y profesor. Como político fue diputado de oposición en la época de Porfirio Díaz. (Wikipedia)
Algo que creo fue la apoteosis del evento fue el número final en el que 1200 voces interpretaron el Himno Nacional, cosa que ahora para cualquiera de nosotros es algo común, pues sabemos (medianamente) la letra de las estrofas del Himno, al menos el coro y la primera de seguro, pero, en 1910, apenas habían pasado 6 años de que el Himno Nacional había sido recuperado del baúl de los olvidos. Supongo que era más bien poca la gente que se lo sabía, así que, oírlo en semejante evento con tal cantidad de cantores, creo fue el final inolvidable de las Fiestas del Centenario... claro, pasarían dos meses y estallaría la Revolución y todo lo de las Fiestas del Centenario se volvieron puros recuerdos.