La Historia siempre está envuelta más que en misterios, en mitos, en el caso de Miguel Hidalgo, el Pater Patri de México, además de no ser la excepción es, quizá, la que mayor número de mitos hay en su rededor. Que si era inquieto en su adolescencia, que si era el Zorro, que si jugaba, que si bebía en abundancia, que si gustaba de las damas, que si tuvo hijos y una larga lista de etcéteras.
Con el tiempo más mitos fueron creándose en torno a su imagen y a su paso por una buena cantidad de ciudades, villas, pueblos, haciendas y ranchos, por lo que conocemos como Ruta de Hidalgo o Ruta de la Libertad. Hay mitos en torno a la comida, o, específicamente, a lo que comió en ciertos lugares, como aquel rancho en el que, la noche de la derrota de Puente de Calderón, comió aguacates como único alimento, quizá no del día sino de varios días. Hay el mito de que ofició la misa dominical (el 16 de septiembre de 1810 fue un domingo), en la Hacienda de la Erre, que si ofició en monte de las Cruces... a sabiendas que él ya estando en Dolores, no acostumbraba oficiar.
Y un mito más, o si lo quieres ver como un elemento más en la Ruta de Hidalgo son los árboles. Varios de ellos, vivos, a punto de morir o ya como troncos, son conservados pues se dice que ahí estuvo, sea oficiando una misa que descansando que atado a él. Se dice, como lo acabamos de mencionar, que debajo de un mezquite, en La Erre, ofició el oficio que no pudo realizar en la misa "prima" de la parroquia de Dolores. Se dice que aquel fatídico 28 de septiembre de 1810, antes de que ocurriera la (sangrienta) Toma de Granaditas, ofició bajo un mezquite en la Hacienda de Burras. Se cree que luego de la batalla de Aculco, el 7 de noviembre de 1810, el cura Hidalgo ofició debajo de un árbol, también mezquite; al árbol se le conoce como "El Palo Bendito", incluso, en el Bicentenario se sacaron "hijos" de él para trasplantarlos en los jardines principales de los 120 y tantos municipios del Estado de México.
El 17 de enero de 1811 ocurrió la derrota de Calderón, Hidalgo cruza la barranca del río Verde por algún punto que aun no sabemos cuál fue, entra en el actual estado de Zacatecas y, en Juchipila, existe un árbol llamado El Gumúchil del Cura. Luego pasó lo de Acatita y, en calidad de preso, Hidalgo llega a Monclova, en donde descansa debajo de un árbol, quizá también era un mezquite, eso no lo sabemos, se le conoce como "El Tronco de Hidalgo". Por Álamo de Viesca, al inicio de la Semana Mayor de 1811, Hidalgo pasa encadenado rumbo a la prisión en Chihuahua, ahí también existe un árbol a cuya sobra descansa. Uno más que tenemos documentado es el llamado Mezquite de Hidalgo que se localiza en La Cruz Chihuahua.
Ahora sabemos de un árbol más, el que vemos en la imagen la cual tomé del artículo llamado El paso de Don Miguel Hidalgo por la laguna de Durango, el cual dice: "... Su arribo a tierras duranguenses aconteció el 8 de abril, precisamente en las tierras de San Sebastián, donde el Padre de la Patria fue encadenado a un árbol, que se encuentra en el poblado de Bella Unión, del municipio de Gómez Palacio. Esa noche pernoctaron en el Rancho San Fernando, en la actual Ciudad Lerdo, para avanzar al amanecer del día 9 hacia San Isidro...". Así pues, la relación de Hidalgo con los árboles es intensa en esta historia mitificada, especialmente con los mezquites.