Era el 27 de septiembre cuando la tropa Insurgente atravesó los llanos de San Juan Xalpa localizado entre San Felipe del Progreso e Ixtlahuaca, no lejos de allí a menos de dos leguas se localizaba la hacienda de Tepetitlán, docenas de ranchos serían atravesados por los ochenta mil revolucionarios.
Esta vez quisiera compartir contigo como fue que di con esta Cabeza de Águila. En buena medida nos da una idea de lo que es el México real, el del 2010. Como te lo comenté, llegué a San Felipe del Obraje ya de noche, razón por la cual las fotografías de esa Cabeza tienen un tinte de misterio, eso debido a que se ubica en la parte poniente de la población y no tenía idea de en donde me encontraba, la día siguiente, ya con luz, pude ver lo que hay en la ciudad de San Felipe del Progreso y fue como pude localizar, luego de preguntar a docenas de personas en la calle, si habían visto más estelas de Cabeza de Águila en las cercanías, supe que había una en San Juan Xalpa.
Pregunté que si podría llegar caminando allí, me dijeron sí, está aquí bien cerca, así que, hacia allá me enfilé, estaba cayendo la tarde, caminé uno, dos, tres kilómetros y no veía la comunidad. Pasé por un templo, muy ornamentado al estilo que se usa en el estado de México, con una especie de arco triunfal, de arco florido en la fachada, luego, más adelante encontré otro, uno en mitad de un campo de labranza, el color intenso de la barda del atrio contrastaba fuertemente con el color ocre de la tierra, el frío se sentía ya y no encontraba ninguna Cabeza de Águila. Decidí quedarme una noche más en San Felipe a fin de localizar
Al día siguiente, muy temprano, pregunté nuevamente sobre las ubicaciones de las estelas. La mayoría me decía que no sabía de ellas. Hubo alguien que me preguntó que para que las buscaba y le conté sobre este sitio. Ah, me dijo, como tratándome de aconsejar. Es que usted solo hace la pregunta y ya. Y aquí todos están ya muy escamados, uno nunca sabe que es lo que busca la gente, y cuando se aproximan con cualquier pregunta, más bien nos da temor, por eso no respondemos o solo decimos no para no seguir hablando.
Triste realidad, pensé. Estamos ya en el punto en el que no hay confianza de nadie para nadie, en donde no sabemos si las intenciones son buenas o malas, eso no es privativo del Estado de México, lo es casi en todo el país pues, en este año del Bicentenario el temor se siente por todos lados. Temor a ser asaltado, especialmente. Igual como sucedió hace cien años, cuando los bandidos y asalta caminos se multiplicaban por la geografía nacional, o hace ciento cincuenta años, en mitad del siglo XIX cuando algunos incluso llegaron a formar parte del registro de leyendas de nuestro país.
Finalmente llegué al lugar donde se ubica
El día apenas levantaba todavía quedaba un poco, muy poco, de neblina, del gris estábamos pasando a los colores tan característicos del campo. El silencio era abrumador, pocas aves, un rebuznido a lo lejos… me senté allí mismo en el campo, sintiendo la tierra un poco húmeda. Me dejé absorber por el momento, por la sutil, frágil y cándida belleza de un día que comienza en una zona donde la pobreza salta a la vista.
Por aquí pasó el ejército Insurgente, por aquí se libró una batalla cuando la guerra de
Vi también otra cosa que ya sabemos o que, estamos tan acostumbrado a ello que, cuando lo vemos no le ponemos mucha atención. Que por el rumbo que sea, por cualquier parte del país por donde pasamos vemos una belleza tal que, definitivamente, somos afortunados y bendecidos por la abundancia que la naturaleza nos dio.
yo conozco ese "pueblo" he ido pocas veces, unas cinco en el transcurso de los 27 años que tengo de vida, y allí no pasa el tiempo, todo sigue igual, la mayoría de los habitantes viven del campo, una tierra fértil, pero con un clima extremoso, sumidos en una pobreza cruda y tan real que sólo basta mirar a cualquier lado, mis abuelos paternos eran oriundos de allí y desde jóvenes emigraron al DF en búsqueda de una vida mejor, sin embargo, siempre recordaban con nostalgia su tierra, afortunadamente conocí a mi bisabuela y ella hablaba el mazahua a la perfección aunque nunca quise aprenderlo, no recuerdo ni una sola palabra en ese dialecto, pero al mirar las imágenes se me vinieron a la mente mis abuelos y bisabuela
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