Vimos en la parte anterior, que es la Segunda, que Morelos inicia su ruta en Carácuaro, que era el pueblo en donde llevaba una década viviendo, de allí era el Señor Cura, conocía muy bien la zona, nada fácil, por cierto pues el calor, los ríos, la fauna eran problemas continuos. Sigue a Huetamo para luego pasar por Churumuco, que le era conocido pues fue cura suplente antes de serlo en Carácuaro. Se asentaría temporalmente en Zacatula, actual La Unión, Guerrero; continuará por Zihuatanejo, Petatlán, Tecpan, San Gerónimo Coyca y Aguacatillo. Un punto que será importante es Veladero, en esta tercera parte se mencionará continuamente.
A la quinta pregunta que dice: Diga la serie de sus acciones militares, ya adversas, ya favorables desde que se presentó en la campaña hasta que en 1812 se acercó a esta Capital y se fortificó en Cuautla; las divisiones de tropas que derrotó, en que parajes, y el progreso de sus operaciones…
"Respondió que la primera acción militar que tuvo en contra de las tropas del rey fue en el Veladero el día 13 de noviembre de 1810 en la cual no halló al exponente por haberse quedado a distancia de cuatro leguas en el Ejido; pero sus mandones que fueron un tal Cortés, y un tal Valdovinos, la dieron con 700 u 800 hombres que entonces reunía en contra de una partida de 400 hombres que salieron de Acapulco a las órdenes según unos de un Cosío, y según otros de Vélez, y el resultado fue que no solo se dispersaron los del exponente después de dos horas de fuego, sino también los del rey, con la circunstancia de que de estos se le pasaron a los tres días en diversas partidas como 600 hombres sin armas que salieron de Acapulco. Que a pocos días por disposición del que declara, dio otra acción su capitán Valdovinos con parte de la fuerza al capitán de las tropas reales París en el arroyo Moledor, cuyas resultas fueron las de algunos muertos por una y otra parte, y la dispersión general de Valdovinos. A continuación de esta acción mandó el exponente a los capitanes Cortés y Martínez á Tepango (cerca de Chilpancingo) con un trozo de 300 hombres para que atacasen a los patriotas de Chilapa que los mandaba Guevara, y después de que aquellos sufrieron la muerte de 17 hombres, se dispersaron hasta el Aguacatillo que era donde estaba el que declara. El día 23 del citado noviembre mandó a su capitán Ávila con 600 hombres a atacar en el Llano Grande a 300 mandados por el comandante Fuentes, y el subdelegado de Tecpan Rodríguez, que habían desembarcado en el puerto del Marqués, cuyo resultado fue la muerte de 2 individuos de cada parte, y la retirada que hicieron una y otra en la cual salió herido Rodríguez y murió de sus resultas en Acapulco, y la prisión de 11 europeos en diversos reencuentros que mandó presos a Valladolid; pues aunque cayeron otros 2 se fugaron para Acapulco".
Que el 13 de diciembre de 1810, esperó en el paraje que llaman de la Sabana su capitán Ávila con 600 hombres, a cuatro divisiones de las tropas del rey que lo atacaron allí por diversos puntos, la una mandada por París, la otra por Sánchez Pareja, la tercera por Fuentes, y la última ignora por quien. El resultado de esta acción que dio Ávila de orden del que declara, fue el que los cuatro trozos referidos que componían una fuerza de más de hombres, se retiraron para Tres Palos, y el castillo de Acapulco, dejando en el campo porción de muertos, y a Ávila dueño de él. Que en el resto del mes de diciembre no tuvo acción particular; pero el 4 de enero de 1811 mandó el que expone a su capitán Ávila con 600 hombres al paraje de los Tres Palos, donde atacó de noche a París que estaba allí con igual fuerza, y 300 hombres que se le agregaron de Xamiltepec y Oaxaca, y después de dos horas de fuego resultó que Ávila tomó el campo, hizo algunos muertos, cogió como 600 fusiles, 5 cañones incluso un obús, 52 cajones de parque, víveres y demás, sin otra pérdida que la de 5 hombres. Esta sorpresa dimanó dé una noticia que le comunicó al exponente, un tal Tobares que era capitán de patriotas de Acapulco, y la confirmó un italiano llamado D. Juan Paw, que se le pasó del campo de París; ambos han muerto, este de enfermedad natural, y aquel por haberlo mandado fusilar el que declara en compañía de un inglés llamado David por haber querido formar en la costa una contrarrevolución entre blancos y negros, cuyo cáncer atajó el exponente con un viaje que hizo con solo las dos compañías de escolta que continuamente traía á el efecto; del cual como ya ha dicho, resultó la muerte de aquellos dos que se las mandó dar en Chilapa hasta donde los condujo con el pretexto de enviarles con una expedición a Oaxaca.
Que desde el paso de la Sabana salió en persona con 600 hombres a atacar o por mejor decir, a recibir el castillo de Acapulco que había ofrecido entregarle el artillero Pepe Gago, que ya ejercía el empleo de ayudante en el mismo castillo que lo mandaba entonces D. Antonio Carreño. Con esta confianza, y con la de que las contestaciones de Gago con el exponente, las llevaba un hombre llamado Loreto vecino del mismo Acapulco, asociado con una mujer de cuyo nombre no se acuerda, nunca creyó que fuese una traición que se le preparaba. A pesar de que siempre desconfió de aquella oferta emprendió la referida marcha hasta un cerrito que llamaba de las Iguanas y el baluarte que está enfrente de la batería, y luego observó a las cuatro de la mañana del día 8 de febrero de 1811 que la seña que habían concertado estaba puesta en el castillo, que era puntualmente un farol con luz. Dividió su gente en dos trozos para que el uno al cargo del inglés Elías, y el otro al de Ávila entrasen por dos puntos; mas como se adelantase un poco más de lo que a Elías le había prevenido rompió sus fuegos el castillo, y lo mismo hicieron siete embarcaciones que estaban formadas en la bahía. Esta circunstancia le hizo conocer al que responde que Gago le había engañado, porque no encontró la artillería embotada con sebo como aquel le había propuesto; por cuyo motivo se retiró con el todo de su gente al cerro de las Iguanas, donde permaneció nueve días batiendo el castillo con 1 obús, 2 piezas de a seis, y 2 o 3 de menos calibre. Este sitio que no le proporcionó otra cosa más que entrar en la población de Acapulco, lo levantó a causa de que supo que las tropas del rey al mando del sargento mayor D. Nicolás Cosío, París, y otros comandantes las tenía muy cerca, por cuya circunstancia y la de haberle quitado toda su artillería, excepto una sola pieza, la tropa del castillo que dio una salida el día 19, se retiró a la Sabana donde permaneció como un mes, y por enfermo lo llevaron a Tecpan, y por esto dejó el mando de su gente al titulado coronel Francisco Hernández. Que no tuvo particular encuentro hasta el día 4 de abril, que fue cuando el sargento mayor D. Nicolás Cosío con las tropas del rey que mandaba, se acercó al paraje de la Sabana donde permanecía la gente del que declara atrincherada al mando de Galeana, que lo tomó por la fuga que hizo en la noche del mismo día su comandante Hernández.
La gente que tuvo allí Galeana fueron 10 hombres poco más o menos; porque aunque el que expone contaba entonces como con 2.200, tenía el resto repartido en los puntos del Aguacatillo, Veladero, las Cruces y Pie de la Cuesta. Aquellos 10 hombres los más de infantería y regularmente armados, no solo resistieron a Cosío, sino que le hicieron retirar al paraje de las Cruces, en donde aunque aquel no permaneció, si lo hizo el comandante Fuentes a cuyo cargo quedó la tropa del rey. El que declara supo el resultado de esta acción en Tecpan, donde aún permanecía convaleciendo. En el Veladero dio otra acción el 30 de abril su comandante Ávila, la que sostuvieron los Sres. Fuentes y Regules. Con las tropas del rey que mandaban dos días continuados, cuyo resultado fue retirarse las tropas reales para el Aguacatillo y las Cruces, dejando señales de algunas sepulturas, y por su parte solo un muerto. En este tiempo había varias partidas de las reales tropas por aquellas inmediaciones, y por lo mismo el que expone que se halló presente en esta última, se vio bien fatigado a causa de que solo de noche y por los montes podían introducirle algunos víveres: Que el día 3 de mayo de dicho año salió el exponente de la Sabana para Chichihualco con 300 hombres con el objeto de llegar a Chilpancingo a donde llegó el 24, porque el paso de la sierra le entorpeció mucho sus marchas. En ellas no tuvo más novedad que haber atacado la retaguardia París, de lo cual resultó la pérdida de un cañón, y algunas familias que se hicieron prisioneras. A más de esto en la hacienda de Chichihualco tuvieron una acción Bravo y Galeana contra un comandante, de las tropas del rey nombrado Garrote quien salió en dispersión a pesar de haber venido a encontrar a aquellos. El exponente llegó a la expresada hacienda de Chichihualco dos días después de esta dispersión, y el 24 (como ya ha dicho) llegó a Chilpancingo donde entró sin resistencia ninguna, respecto á que las tropas del rey que ocupaban este punto y se dispersaron en Chichihualco, tomaron la dirección de Tixtla, a donde llegó el que declara con 600 hombres; 100 prisioneros que se habían hecho en Chichihualco, y como 100 fusiles que tomó en aquella acción le sirvieron para armar alguna gente que le faltaba, y de los prisioneros se le agregaron algunos, y a otros que no eran a propósito para servir los mandó al presidio de Tecpan. En Tixtla le esperaron las tropas del rey atrincheradas en el pueblo el 26 de mayo, y después de haber durado la acción seis horas cayó en poder del que declara la plaza, 200 armas de fuego, 8 cañones, y como 200 prisioneros de todas clases, de los cuales separó 280 indios del citado pueblo, los demás fueron conducidos unos á Tecpan, otros á Zacatula, y todos en calidad de prisioneros". (1)
Fuente:
Historia militar del General Don José María Morelos, sacada en lo conducente a ella de sus declaraciones recibidas de orden del virrey de México cuando estuvo arrestado en la ciudadela de esta Capital. Suplemento al Cuadro Histórico de la Revolución Mexicana, ó sea la historia militar del general D. José María Morelos, sacada literalmente en lo conducente, de la causa que le formó la capitanía general de México. Impreso en la Oficina del Águila. México, 1825.
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