Hace cinco años estábamos en el año del Bicentenario, y fue en ese año cuando hice un recorrido por buena parte de la Ruta de Hidalgo en busca de las estelas Cabeza de Águila que lo marcan. Fue andar del tingo al tango, fue pedir aventones y perderme en los caminos, fue caminar mucho y consultar en libros, revistas, periódicos y preguntar a mucha gente, prácticamente toda la que me encontraba en esos caminos, si sabían en dónde estaba una de esas estelas. La respuesta casi siempre que el tradicional "no sé", la mayoría, por no decir que todos mis entrevistados, no tenían la menor idea de lo que yo buscaba, les explicaba y alguno, ya con la idea más clara me decía si la había visto y así fue, digamos que "hilvanando" la ruta. Aclaro que no la hice religiosamente siguiendo la número 1, 2, 3, 4... etc., sino lo hice a como buenamente lo pude hacer, fue así como llegué hasta San Luis Potosí, luego el recorrido se volvió virtual.
El ir recorriendo la Ruta y, sobre todo, consultando libros locales, historias regionales, fue que supe de los muchos monumentos "itinerantes" que se le han levantado al Padre de la Patria, digo que itinerantes porque, por alguna extraña razón, cuando el cura no lo era y era niño, anduvo por muchos sitios, creo que desde entonces andaba por los caminos, siendo niño, luego, como sacerdote, igual lo movían, regularmente por su mal comportamiento lo mandaban a lugares lejanos, vg, Colima, Apaseo, San Felipe. luego, montado en su caballo o en diligencia, recorrió la ruta que yo andaba recorriendo, al final, desde Monclova el recorrido se volvió una tortuosa caminata. Y allí es donde viene esa cosa extraña pues ya sea en estatua de bronce que de mármol o de fierro, las mueven, siguen de un lado al otro dentro de la población, eso lo he visto en una buena cantidad de poblaciones. Y ni que decir de sus restos...
Y algo que era, más que sorprendente, curioso fue lo de topar con los árboles asociados a Miguel Hidalgo y el movimiento de insurrección por él iniciado. El primero está justo a una docena kilómetros de Dolores Hidalgo, en la hacienda de La Erre, en donde se dice que ofició una misa por haber sido el 16 de Septiembre un domingo y él, como presbítero que era, oficiaba religiosamente (en el más estricto sentido de la palabra) todos los domingos. Cosa que es mentira pues se sabe bien que él no oficiaba desde hacía algún tiempo, el administraba la parroquia, y tenía a su teniente de cura para el oficio de la misa, como quiera la imagen de Hidalgo está plagada de fantasías, exageraciones y mitos, este es otro más, lo de las misas y... más aun, misas que se oficiaban al aire libre debajo de un árbol.
La segunda útopica y ya mítica misa y su respectivo árbol es el que vemos en las imágenes, se trata de un Huizache en la ex Hacienda de Burras, que ahora es la comunidad de San José de Llanos, y se dice que ocurrió la mañana del 28 de Septiembre, antes de la Toma de Granaditas. El siguiente árbol mítico hasta nombre tiene: Palo Bendito y hasta el que era Gobernador del Estado de México en el Bicentenario mandó trasplantar "hijos" de ese árbol en cada cabecera municipal de ese estado, el Palo Bendito se encuentra a un costado de la autopista Polotitlán-Atlacomulco, a la altura de Aculco. Y la razón es que la tradición y no la historia, dice que allí ofició misa antes de la derrota del 7 de Noviembre. Seguirá un árbol más luego de la otra derrota, la de Puente de Calderón y a ese árbol se le conoce con el nombre de El Guamuchil del Cura Hidalgo, ese está en Apozol, Zacatecas. Sigue uno más, en Monclova, es un mezquite y se dice que allí estuvo encadenado don Miguel, y el último está en La Cruz, Chihuahua, es otro mezquite.
Curioso, me parece curioso que todos esos árboles que han sido emblemáticos y, peor aun, los árboles en general, no les demos el respeto debido... así de complicados somos en este país del que somos ciudadanos.
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