Una guerra, lo sabemos muy bien, conlleva al drama de un pueblo. Y lo que ocurrió durante los largos once años que duró el movimiento de Independencia en México no fue otra cosa que un enorme drama, solo que, al ser un país tan grande, hubo regiones en las que la presencia de tropas era inexistente como en la lejana Baja California; otras en las que la escasez de alimentos no amedrentaba al pueblo pues la producción continuaba, como en Chiapas... pero hubo otras en las que la presencia de pelotones de uno y de otro bando fueron continuas y, además la producción se aniquiló debido, por un lado al asalto, saqueo y destrucción de las haciendas de campo y por otro a al temor que los habitantes de zonas rurales, pueblos y villas era tal, que preferían huir al monte. Ese panorama se vivió justo en Salamanca, Guanajuato.
El saqueo comenzó a pocas horas de ocurrido el "Grito" de Dolores. Una semana luego, el 25 de septiembre de 1810 el grupo de insurrectos que era ya -dicen- de 20 mil almas, llegó a Salamanca, al día siguiente enfiló rumbo norte y saquearon la Hacienda de Temascatío, seguramente las demás que encontraron en el camino padecieron igual acción: Doña Rosa, Cruces, Mendoza... solo por mencionar algunas. Luego, ya entrado el año de 1811, los saqueos y más aun, los incendios de las haciendas de campo se volvería cosa normal. Sus moradores se refugiaron, al parecer, en la villa de Salamanca, y al seguir los enfrentamientos de insurgentes y realistas, ésta parte del Bajío se convirtió en escenario cotidiano de sus enfrentamientos. Dice Lucas Alamán que Salamanca sobrevivió porque hacía repiques de campanas para ambos mandos. Cuando llegaban los realistas y ocupaban la villa, se repicaba y vitoreaba a ellos. y si eran insurgentes, igual ocurría. Como quiera, llegó el momento en que las tierras tan productivas (feraces) que rodean a Salamanca no pudieron ser cultivadas y la hambruna se desató. En buena medida estaríamos este año recordando el Bicentenario de tales acontecimientos pero, siendo cosa de matices elevadamente trágicos, celebración alguna, -claro está-, no habrá.
Ya desde 1814 Agustín de Iturbide se había apoderado del tránsito de recuas por esta parte del Bajío, si bien esa era su obligación, la de proteger los envíos de plata del quinto real de Guanajuato hacia México y las mercancías que de la capital del virreinato enviaban al real de minas, él, astutamente, terciaba entre la recua "oficial", las suyas y se volvió el introductor de casi todo tipo de mercancías en el Bajío, además, controlando los precios. Para junio de 1816 (otro Bicentenario más), se le acusa de tales acciones y "pide el virrey Calleja un informe al Ayuntamiento acerca de la conducta del Comandante General de Guanajuato D. Agustín de Iturbide, contra el cual se habían hecho gravísimas acusaciones de haber cometido asesinatos a sangre fría, defraudado las rentas públicas, y enriquecido por otros varios medios reprobados" (1). Iturbide tenía un aliado en Salamanca, Plácido Soldevilla, y a su compadre Manuel Yruela Zamora, también viviendo en Salamanca, ambos se mantuvieron en el ayuntamiento sea como Regidor que como Alcalde entre 1814 y 1819. Para 1816 las cosas habían llegado a la desesperación en términos de abasto. Eso lo podemos comprobar al leer detenidamente el siguiente documento.
"Conociendo el gobierno político de esta villa la suma escaeces de semillas de todo el recinto de ella, y de su jurisdicción, han sido frecuentes sus desvelos, y desde los fines del año próximo anterior no ha dejado de interponer para con los Señores Comandantes Generales cuantos recursos ha juzgado oportunos a fin de proporcionarle al público el mantenimiento necesario [y] de consiguiente la conservación del pueblo, cuyos vecinos obligados de la opresión a que los conducía a la carencia de víveres, ya empezaban a emigrar consiguiéndose apenas contener un tanto ésta desolación por medio de laboriosos arbitrios que se tomaron a fin de dar la provisión necesaria.
El más principal de todos fue ocurrir al Alcalde de 2° voto al Señor Coronel Dn. Francisco de Orrantía por medio de oficio fecha 21 de Noviembre del citado año de 1816 que contestó en 1° de Diciembre del mismo. Igual ocurso hizo por primera vez en 1° de abril del corriente año y por el 2° en 15 del mismo el Alcalde Ordinario actual de 1° voto al Sr. Coronel Dn. Cristóbal Ordoñez cuya primera contestación dio en 1° del propio Abril, y la segunda en 1° de mayo último. Y si bien quedaron ambos jefes perfectamente instruidos de la grave necesidad que se le hizo ver, y ofrecieron recorrerla haciendo que con el auxilio de sus tropas se introdujesen a este lugar las semillas necesarias nada se llegó a verificar después de practicadas tan positivas diligencias, según consta en el acta capitular, expediente instruido y documentos que obran en el archivo de este oficio.
En vista de lo cual, y no obstante que en la falta de dicho socorro a esta población no sean culpables los expresados señores comandantes no pudimos los Alcaldes, Regidor y Procurador que suscribimos desentendernos de la rigurosa atención con que se debe sostener al pueblo y este justo entusiasmo nos obligó a continuar la solicitud de provisión para su mantenimiento, en la forma que nos ha sido posible para que hablando con la veracidad y sencillez que la materia demanda, podemos asegurar como expositivo, que en el contorno de diez leguas de este lugar no se halla un grano de alimento de primera necesidad, que es el maíz a excepción de la Congregación de Irapuato que es donde únicamente lo hay, sin poderse transportar a nuestra Villa por estar los caminos interceptados, y por otras dificultades que ofrecen las hostilidades de los enemigos que nos circundan, a mas de no haber tropa que auxilie la conducción, ni menos mulas en que verificarlas con lo que ya se observan en el pueblo calaros movimientos de ruina y desolación que esperamos de un momento a otros pues mal contentos sus habitantes en el corto repuesto de maíz que a costa de mil trabajos hemos colocado en la albóndiga, y apenas alcanza para el presente mes, todos piensan abandonarlo retirándose a otras partes.
Para obviar tan graves inconvenientes y dar el lleno a nuestros deberes, de modo que no se nos arguya omisión en tiempo alguno, hemos celebrado, entre otras una junta fecha de hoy en que hemos acordado ocurrir a V.S. para que como jefe superior de esta provincia, se digne proteger nuestra población como tendidamente se lo suplicamos, teniendo V.S. la bondad de mandar se nos facilite cuanto antes, no solo el auxilio de las topas de su mando sino también el número competente de mulas para conducir en breves días mil fanegas de maíz que tenemos compradas en dicha Congregación de Irapuato, y contratadas ya bajo las seguridades congruentes con el administrador de aquellos diezmos para el surtimiento de un mes que será Agosto próximo y es a lo último que alcanzan dichas mil fanegas: por lo que necesitamos que la mismo tiempo se digne V.S. confirmarnos el propio favor, haciendo que sus tropas prosigan auxiliando las subsecuentes introducciones para los cuatro meses restantes del año que son: Sept., Oct., Nov., Dic. en que será la inmediata cosecha: cuyos fletes pagaremos, y entonces habrá toda la provisión que se necesita, no solo para el vecindario sino, lo que es más, para el considerable consumo de las divisiones que transitan por este punto.
Este es Sor. el único recurso que nos ha quedado para el consuelo del afligido pueblo, cuyos clamores no dejan descansar nuestra atención, los participamos a V.S. que penetrados de ellos sus paternales entrañas, se apiade de unos locales vasallos, que tienen fijada su esperanza solo en el amparo de V.S. pues no conocemos otro, y estamos muy ciertos de que con su sabia disposición ha de determinar lo mejor y más acertado: por lo que será eterna nuestra gratitud.
D.G.A. V.S. m. a. Salamanca, julio 14 de 1817.
José Bernardo Barriga
Joaquín Gómez
Plácido Soldevilla
Toribio García d eLeón.
Sor Coronel Comandante General, Dn. José Ruiz.
Fuentes:
1.- Marmolejo, Lucio. Efemérides Guanajuatenses. T-III. p.142
2.- AHMS. Gobierno / Acuerdos y actas de Ayuntamiento / Caja 1. Leg. 1. Cronología 1817-1831.