Temascalcingo, en el Estado de México es uno de los puntos por donde pasó el contingente Insurgente en 1810, iban rumbo a la ciudad de México, el paso se hace por la Hacienda de Solís, localizada a pocos metros de distancia del río Lerma. Seguramente aprovecharon el momento para surtirse de agua y víveres.
Como lo hemos visto a lo largo de estos siete años de seguir la Ruta de Hidalgo, el cruce del río Lerma se hace en repetidas ocasiones, en algunos casos son dramáticos pues, siendo el mes de septiembre y octubre los que mayor caudal acostumbraba llevar el río y los puentes eran más bien limitados, llegar con grupos de 20, 40 y hasta 80 mil personas volvía este acontecimiento en algo impresionante si imaginamos la escena.
El primer cruce se hace en Salamanca el 10 de octubre, no por donde actualmente se cruza que es el mero centro de la población, en aquel tiempo el Camino Real tenía un trazo distinto a la actual carretera, es así que el paso estaba por la Hacienda de Mancera, se llamaba el paso de San Miguelito, de allí continuaron a Valle de Santiago, cruzando de nueva cuenta el Lerma por Salvatierra, luego por Acámbaro. La hacienda de Solís en Temascalcingo será el siguiente cruce para luego hacerlo por el puente acceso a Ixtlahuaca y después por el de San Bartolo, en el actual Almoloya de Juárez, al poco lo hacen por el puente de Atenco, antesala a la Batalla de Monte de las Cruces. Luego de la derrota en Aculco, Hidalgo seguirá rumbo a Valladolid y cruzará el río Lerma por La Barca, en el actual estado de Jalisco. El último cruce será próximo al sito de la derrota final del Padre de la Patria, en Puente Grande en donde ya no era el río Lerma, sino el Santiago.
El Lerma que en los primeros tiempos virreinales se le conocía como el Río Grande que viene de Toluca tuvo diversos nombres, dependiendo del pueblo por el que pasaba, así, en la zona otomí era conocido como Madonté, en la zona mazahua era el Ndareje, en la zona nahua era el Chignahuapan, Chimaliapan y Chiconahuapan, y en la cazcana era conocido por Tololotlán, aunque ya era lo que hoy conocemos como río Santiago. Sobre el Ndareje encuentro esta leyenda:
Eran tiempos muy remotos en este lugar de Temascalcingo. En una mañana llena de cantos de pájaros y de flores, aparece nuestro padre Sol iluminando la tierra, dándole calor y vida a las plantas, a los animales; está alegre, está contento.
En lo alto del cielo se ve colar un águila, bañada por los rayos del sol, su vuelo es majestuoso, en su pico lleva una serpiente.
El águila va descendiendo lentamente y se para en este lugar para descansar, quedándose dormida. La serpiente mueve su cuerpo y comienza a deslizarse por estos valles, dejando un rastro serpenteado que va dando la forma de un río.
El agua con escamas de sol va corriendo en diversas direcciones. Es la serpiente de agua. Una serpiente convertida en río.
El águila se quedó profundamente dormida y se transformó en una montaña a la que nombramos Ndaxini, que quiere decir “cabeza de águila”; es el cerro chato por donde sigue corriendo la serpiente que ahora es río. Él nos da vida, nos enseña su música y su canto.
Nuestros abuelos nos han enseñado a respetarlo, por eso le llevamos ofrendas. Él ha estado presente en toda la historia de nuestro pueblo.
Fuente:
Garduño Cervantes, Julio. Temascalcingo, monografía municipal. En Antología de Leyendas Mexicanas, selección de José Rogelio Álvarez. Everest. León, España, 2004. p.384
Aproximadamente a 12 kilómetros al oriente del puente de Atenco en el municipio de Xalatlaco existe en la cabecera municipal una cabeza de águila señalando la ruta de hidalgo
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