Quiza sea que debido al Bicentenario más pequenas biografías de mujeres participantes en el movimiento de emancipación de México están siendo anadidas a los listados que dan cuenta de ello, como es el caso de la nueva Enciclopedia a la que tenemos acceso a través de la Internet: es en Wikipedia que encontramos los siguientes datos:
María Luisa Martínez de García Rojas (1870-1817). Nació en Erongarícuaro, Michoacán. Heroína insurgente. Su esposo fue el C. Esteban García Rojas, que fabricaba jaranas (instrumento parecido a la guitarra). Sus actividades dentro de la población de Erongarícuaro fueron las del comercio, pues, además de la fabricación de jaranas, tenían una tienda de abarrotes, además de que poseían tierras que cultivaban. Sirvió a los insurgentes comunicándoles los movimientos de las tropas virreinales, por lo que se la encarceló y se la multó en varias ocasiones. Como no podía pagar la última fuerte multa, fue condenada a ser fusilada.
En el pueblo todos eran chaquetas, es decir, partidarios de los realistas; pero ella, amantísima del bando contrario. Servía de corazón a los guerrilleros insurgentes; con actividad les proporcionaba noticias oportunas, víveres, recursos, y les enviaba además comunicaciones de los jefes superiores, con quienes sostenía continuada correspondencia. Un día fue sorprendido por don Pedro Celestino Negrete el correo de la Martínez, que era portador de cartas dirigidas al guerrillero Tomás Pacheco. Luisa Martínez huyó; pero fue perseguida, hecha prisionera y encapillada. Para recobrar la libertad, tuvo que pagar dos mil pesos y prometer no volver a comunicarse con los patriotas.
Mas no escarmentó en lo sucesivo. Tres veces más se la persiguió, se la encarceló y se la multó hasta que al fin no pudo satisfacer la cantidad de cuatro mil pesos que le exigía don Pedro Celestino Negrete, y fue fusilada por orden de éste en uno de los ángulos del cementerio de la parroquia de Erongarícuaro, en el año de 1817.
Poco antes de morir, dirigiéndose a Negrete, le dijo:
«¿Por qué tan obstinada persecución contra mí? Tengo derecho a hacer cuanto pueda en favor de mi patria, porque soy mexicana. No creo cometer ninguna falta con mi conducta, sino cumplir con mi deber."
Negrete permaneció inflexible, y Luisa Martínez cayó atravesada por las balas de los realistas. (1)
Antonia Nava es un personaje de la Independencia de México. Se supone que nació en el actual estado de Guerrero, en el año de 1780; y que debió morir en 1822, sin conocerse a ciencia cierta el sitio de su fallecimiento ni la causa. Nava fue esposa del militar insurgente Nicolás Catalán, que participó en la guerra junto a José María Morelos y Pavón hasta su muerte. Por permanecer siempre al lado de su esposo, fue conocida por su tropa como La Generala. Durante el sitio de Jaleaca, los insurgentes estaban desabastecidos de provisiones, razón por la cual Nicolás Bravo ordenó el sacrificio de algunos soldados con el propósito de ahorrar provisiones. Correspondió a Catalán la ejecución de la orden. Antes de que su esposo ejecutara a ningún soldado, Nava y Catalina González se propusieron para ser fusiladas, de esta forma la dirigencia insurgente se desistió de la orden. Catalán fue muerto en Jaleaca. Antonia Nava fue llevada ante Morelos por la tropa. Aunque el Generalísimo insurgente quiso consolarla, Nava se negó y dijo que no estaba ahí para llorar, sino para entregar a sus hijos como soldados. El nombre de Antonia Nava está inscrito con letras de oro en el Palacio Legislativo de San Lázaro, sede del Congreso de la Unión de México. (2)
Petra Covarrubias, esposa del Coronel Pedro Regalado Llamas que fue un Insurgente colimense que mantuvo la Insurgencia por la Independencia en Colima. Nació en la Villa de Colima el 18 de mayo de 1787. Regalado Llamas, junto con su sobrino Manuel Llamas, se incorporaron a la lucha por la independencia el 30 de septiemre de 1810. Combatieron a los realistas en el territorio de Colima y fueron conocidos como "Los Regalado". El 17 de mayo de 1813 cuidó a las tropas del general José María Morelos, enviando víveres al sargento Manuel Llamas y la mitad de sus fusileros al cuartel general de Maquilí. Pedro fue pasado por las armas en Colima el 14 de marzo de 1814, dejando viuda a su esposa Petra Covarrubias. Fue enterrado por el presbítero Joaquín Ortega en la Parroquia de Colima.
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