viernes, 13 de septiembre de 2013

La mujer que resultó no ser la esposa de de Albino García: Un "disculpe usted" histórico.

   Así luce hoy la plaza de los Niños Héroes en Salamanca, Guanajuato, con la bandera a media asta y el arreglo floral que, para recordarlos, se les llevó hoy. Del mito de los Niños Héroes, ya hemos hablado y hoy más bien usamos solamente esa toma para indicar que ya comenzaron, oficialmente, los festejos patrios del 2013, a tres años de Bicentenario. Aquí seguimos con el tema de la participación femenina en el movimiento de insurrección, el personaje de hoy tiene algo que ver con Salamanca, pues de Salamanca es Albino García y, dicen por ahí, que su esposa o amasia era Guadalupe Rangel, solo que, todo indica que hubo una confusión con los nombres, y el historiador Guzmán Pérez nos lo aclara.

  "No pocas mujeres fueron perseguidas y sentenciadas a morir frente al pelotón de fusilamiento por el delito de infidencia, aunque también es cierto que algunas lograron escapar con vida. Cuando Félix María Calleja tomó por asalto la villa de Zitácuaro, docenas de mujeres españolas, indias y mestizas que aun quedaban en aquel partido fueron despojadas de sus bienes y obligadas a abandonar el sitio, condenando al saqueo y a desaparecer entre las llamas. Las mujeres, niños y ancianos de la jurisdicción tuvieron que refugiarse en los pueblos vecinos de Tuxpan, Tuzantla, Irimbo y Taxiamora, sin contar con ningún tipo de ayuda ni sustento.

  "Asimismo, a mediados de enero de 1812 la Junta de Seguridad establecida en Guadalajara, capital del reino de la Nueva Galicia, formó sumaria a una mujer llamada Guadalupe Rangel, natural del pueblo de Cotija, Michoacán, de 25 años de edad, de religión católica y esposa del cabecilla Albino García. Las autoridades militares pensaron que se trataba del famoso Manco García, quien asolaba el Bajío guanajuatense, pero en realidad era sólo un homónimo del guerrillero salmantino; Rangel fue puesta en libertad cuando se supo que su esposo, un tío carnal suyo y un primo habían sido pasados por las armas en la hacienda de la Guaracha por los insurgenes; sin embargo, la represión psicológica a que fue sometida Rangel en el interior de la prisión debió ser difícil de superar.

Fuente:

1.- Guzmán Pérez, Moises. Las mujeres michoacanas en la Independencia. Historia ilustrada de la Guerra de Independencia en Michoacán. Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Morelia, 2010. pp.14-15

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