domingo, 2 de febrero de 2014

Desatemos el nudo sin romperlo: Los Tratados de Córdoba.

   La guerra de Independencia comenzó, bien lo sabemos, a la hora prima del 16 de Septiembre de 1810 en el pueblo de Dolores, intendencia de Guanajuato; fue el cura Hidalgo quién llamó al pueblo para levantarse en contra de los españoles. A las pocas horas el incipiente movimiento se encontraba en la Hacienda de la Erre, a tan solo dos leguas de distancia de Dolores, allí Hidalgo pronunció aquella frase ya célebre de "ya se le ha puesto el cascabel al gato". Once años después, en la villa de Córdoba, intendencia de Veracruz, la frase fue otra, como otro fue el que la pronunció: "desatemos el nudo sin romperlo", lo dijo Agustín de Iturbide, era el 24 de agosto de 1821. La consumación de la Independencia estaba próxima a ocurrir.

  "La historia de Córdoba contiene pasajes muy importantes en la formación del México de nuestros días. Fue en esta región donde surgió Yanga, el esclavo africano que con un grupo de sus compañeros escapó del yugo de los hacendados españoles que los sometían a agotadoras jornadas en el cultivo de la caña de azúcar. Para sobrevivir los negros cimarrones insurrectos atacaban las diligencias, por lo que 30 caballeros de Huatusco, Coscomatepec y Amatlán le pidieron al virrey don Diego Fernández de Córdoba su venia para fundar una villa a la cual a la vera del camino real de Veracruz a México, para protegerse de los asaltos, cual concedió en 1609 tras obtener licencia del Rey de España Felipe III. Posteriormente Yanga se convierte en el primer libertador de América al obtener el indulto y la libertad de sus seguidores y funda el pueblo de San Lorenzo de los Negros, hoy Yanga

 "En mayo de 1821, en plena guerra insurgente y al trascender el Plan de Iguala en el que Agustín de Iturbide pactó con Vicente Guerrero la creación del ejército trigarante, los criollos cordobeses que aspiraban a la libertad, se unieron al coronel insurgente José Joaquín Herrera y tomaron la plaza. El coronel realista Francisco Hevia se dispuso recuperarla y atacó a los insurrectos que durante seis días se defendieron con valor. Hevia murió de un balazo en la batalla llamada de la "Casa Quemada". Posteriormente llegaron refuerzos insurgentes comandados por don Francisco de Miranda y lograron la rendición de los realistas el 21 de mayo de 1821 tras de encarnizada batalla. Ese día en Córdoba se escribió una página de gloria en la historia.

 Con la firma de los Tratados de Córdoba el 24 de agosto de 1821 entre Agustín de Iturbide y Juan de Odonojú, en este mismo edificio de Zevallos, se logró al fin la consumación de la independencia de México y el final de 300 años de dominación española, la legitimidad y trascendencia de los Tratados de Córdoba fue la culminación de once años de sangrienta guerra y es tan importante como el inicio del movimiento independentista. (1)






   "La vigorosa resistencia en la villa de Córdoba el 21 de mayo de 1821 fue uno de los más notables episodios y el patriotismo de sus vecinos en esta ocasión , honró justamente su nombre. Córdoba fue elevada a ciudad el 12 de diciembre de 1830 y el 2 de noviembre de 1880 obtuvo el título de Heroica. (2)





Fuentes:

1.- Renaud Ramírez, Enrique. Ficha informativa en la Casa Zevallos. Patronato del Museo de la Historia de Córdoba.

2.- Placa en la plaza de la Casa Quemada.

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