Por algún motivo que desconozco, durante las celebraciones del Sesquicentenario, en 1960, el pueblo de San Felipe no fue considerado en el proyecto de la Secretaría de Educación Pública de la Ruta de la Libertad y no se colocó allí ninguna estela de Cabeza de Águila. Cuando los festejos del Centenario se decidió colocar un monumento al Padre de la Patria, el cual, al igual que muchos más que de él hay a lo largo del país, ha sido cambiado una y otra vez; con esta curiosidad se demuestra que aun en bronce, el espíritu inquieto de don Miguel Hidalgo sigue en movimiento.
Cuando el Centenario, el Gobierno Central, colocó placas de mármol blanco en los lugares más emblemáticos de las varias acciones de la vida de Hidalgo, especialmente en aquellas casas donde pasó la noche o donde ocurrió algún acto relevante, por ejemplo en la hacienda de Pabellón, en donde fue destituido del cargo de Generalísimo. Pero en San Felipe no se colocó placa alguna, esa que vemos en su casa fue puesta en 1901, quizá por la euforia del nuevo siglo, pero no durante el Centenario.
Fue hasta ahora, según oí de un par de Sanfelipenses, que se les "hizo justicia" y se colocó la Cabeza de Águila apuntando con su pico el rumbo de Dolores pues dicen que aquí en Torresmochas fue donde se gestó la idea de emancipación de nuestro país.
San Felipe tuvo una gran importancia al inicio del virreinato dado que era una avanzada de la Corona Española hacia el norte, allí se fundó el Presidio a la vera del Camino Real de Tierra Adentro y era la escala de una larga jornada entre San Miguel el Grande y el Presidio de Ojuelos, por allí pasaron enormes cantidades de plata que salían de las entrañas de la tierra zacatecana que iba a dar a la ciudad de México para luego ser enviada a Veracruz y su destino final en Cádiz y Sevilla.
Don Miguel Hidalgo vivió aquí once años, quizá los más dichosos de su vida, ya consolidado como padre de familia, como hacendado y como instructor en varias actividades con los pobladores locales, en San Felipe su huella es tan profunda que el oficio de alfarero que él enseñó sigue siendo una de las actividades que aun se cultivan.
Pues sí Benjamín, el tiempo no me alcanza para recorrer todo lo que aquí hay, pero paso a paso andaré este camino. Me llamó la atención la parte donde dices: "ya consolidado como padre de familia, como hacendado y como instructor..." Me demuestra que mi ignorancia aún es mucha pero mis ganas de conocer son iguales. Tengo que investigar acerca de Don Miguel Hidalgo. Saludos y gracias por la invitación a este interesante recorrido.
ResponderEliminarFrank:
EliminarLa Ruta de Hidalgo que se concibió por la mente magistral de don Jaime Torres Bodet, que fungía en 1960 como Secretario de Educación Pública y que luego fue, ni más ni menos, que director de la UNESCO, es algo intersantísimo desde el punto de vista turístico e histórico. Miguel Hidalgo como personaje es de lo más interesante por su energía y su muy particular modo de vida.
Justo allí, en el Museo de la Francia Chiquita aparece el árbol genealógico, por cierto muy artístico, en donde ves su decendencia... él tuvo cuatro hijos con dos mujeres que fueron sus esposas: Micaela y María con Josefa Quintana y, Agustina y Lino-Mariano con Manuela Ramos Pichardo... tengo la idea (aun no confirmada) que Josefa Quintana era de Salamanca.
Era hacendado pues criaba toros de lidia en una de sus tres haciendas que su hermano administraba en lo que hoy conocemos como Ciudad Hidalgo, Michoacán y que entonces se llamaba Taxiamora.
Como instuctor lo era de francés, latín, italiano, otomí, purépecha, ágricultura, ganadería, alfarería y en sus ratos de ocio tocaba el violín...
Todo un personaje que aun no acabamos de conocer, mucho menos de entender, es decir, no era el "viejito padre de la patria" que durante décadas nos vendieron, era un total y absoluto: Cabrón! (en el más amplio y respetuoso sentido de la palabra.)
Saludos y bienvenido a un auténtico y apasionante recorrido por el tiempo y el espacio de México.