Llegamos a Guanajuato en este 2012, para ver las huellas, por demás profundas, que dejó Miguel Hidalgo encabezando junto a Ignacio Allende aquella entrada a la ciudad más rica de la Nueva España el 28 de septiembre de 1810. Habían pasado apenas 12 días de haber comenzado el movimiento en busca de la libertad, se habían pasado por algunas poblaciones de la Intendencia de Guanajuato, se había enviado la célebre Intimidación desde la Hacienda de Burras y, ante la respuesta de Riaño no hubo otra alternativa que atacar la ciudad. Lo que vemos en la toma es como luce actualmente la Plaza de La Paz, lugar en donde, dos años luego del ataque de Granaditas, fueron exhibidas las cabezas de Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez, antes de ser colgadas en las cuatro esquinas de la Alhóndiga.
Este es un dibujo, quizá el más antiguo, el más exacto de Guanajuato. Y pasó el tiempo, mucho tiempo después de la Consumación, de la Reforma, de la Revolución y de tantos episiodios que han ido formando la Historia nacional y en Guanajuato se fue arraigando más y más la idea del "triunfal" enfrentamiento del apenas formado ejército Insurgente contra el realista, cosa que debemos estudiar más y definir si en realidad aquellos acontecimientos sucedidos a partir de la una de la tarde en Granaditas fueron en realidad heroicos. Lucas Alamán, testigo presencial de los hechos describe esto como la barbarie jamás vista, nos dice que "ríos de sangre corrían" en las calles que rodean al edificio. Iniciamos el recorrido:
Esta es la placa que existe en el Panteón de San Sebastián que nos dice que ese espacio fue restaurado en 1985 a consecuencia de los festejos del 175 aniversario del inicio de la lucha insurgente.
Y la razón por la cual se restauró el recinto es debido a que allí fueron depositados los cráneos de los cuatro descabezados que pendían de la Alhóndiga de Granaditas. Sería para 1953, en el Año de Hidalgo, que el Club de Leones local rendiría homenaje al recuerdo de este acontecimiento levantando el Cenotafio que ahora vemos. El estandarte que aparece es el de los concheros de Chapa de Mota en su danza durante las fiestas de San Sebastián 2012.
"En la tarde y noche del 28 de septiembre de 1810, multitud de cadáveres de insurgentes fueron sepultados en este sitio. Estos perecieron heroicamente ese día en la toma de la Alhóndiga de Granaditas y de la ciudad de Guanajuato. Es la placa que vemos al caminar por la Calle de la Insurgencia, a tan solo media cuadra de donde se ubica la actual Explanada de Granaditas...
que es ésta que ahora vemos, al fondo, donde se ven los árboles está en toda esa cuadra el sitio donde fueron sepultados esos insurgentes que menciona la placa.
Ahora estamos ante la placa que reza: "El 28 de septiembre en este lugar, el teniente realista irapuatense don Francisco Valenzuela, honrosamente perdió la vida defendiendo sus banderas contra el ataque de los patritoras insurgentes". Y más adelante encontramos otra:
"Aquí estuvo el cementerio del Convento de Belén, donde fueron sepultados varios españoles, entre ellos el Intendente don Juan Antonio de Riaño y Bárcenas, muertos el 28-IX-1810, en la toma por los Insurgenetes de la alhóndiga de Granaditas y ciudad de Gto. Ayuntamiento 1989-1991". Actualmente aquí se ubica un bar.
Y es precisamente esta calle la que se describió como "río de sangre" cuando el ataque a Granaditas estaba por suceder, es allí donde se levantaba el cementerio y convento de Betlemitas que menciona la placa anterior. Esta calle desemboca justo frente al actual Mercado Hidalgo, obra magnífica levantada para 1910.
Una novedad que encontré en Guanajuato fue este Centro de Interpretación Histórica que está enfocado a los niños de primaria que, de todos los municipios del estado, acuden cada 28 a la ceremonia de renovación del fuego eterno en la Alhóndiga, siendo la del 28 de septiembre de cada año la más importante y en la cual se dan cita contingentes de todos los municipios estatales. Pero, sigo insistiendo en el tema: fue realmente gloriosa esa toma?
En la que fuera la porfiriana estación del tren de Guanajuato es donde encontramos el Centro de Interpretación, localizado a unas cinco cuadras de la Alhóndiga de Granaditas.
Al final de un pasaje, casi llegando a la calle de Alonso, fue donde se localizó la Real Cárcel y la placa dice: "Real cárcel donde el 28 de septiembre de 1810 fueron libertados los presos por los insurgentes que desde luego se unieron al movimiento libertario y ayudaron al triunfo de los patriotas sobre los realistas, en esta ciudad. Comisión Estatal de Celebraciones del 175 aniversario de la Independencia Nacional y 75 Aniversario de la Revolución Mexicana".
Y esa era la puerta de acceso a la Real Cárcel. Creo que, si en el Bicentenario se logró, finalmente difundir los datos que nos acercan más al Hidalgo de carne y hueso, con todas sus virtudes, problemas y debilidades, será para el próximo Bisesquicentenario en 2060, cuando tengamos la visión más apegada a la realidad de lo acontecido en la toma de Granaditas, quizá para entonces se decidirá suspender todo homenaje y celebración del 28 de septiembre de 1810.
Estoy de acuerdo con que lo sucedido en la Alhóndiga fue una masacre. Y me hace pensar si el recuerdo de este suceso fue la razón por la que Hidalgo no tomó la ciudad de México.
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