miércoles, 12 de mayo de 2010

San Juan de la Vega, municipio de Celaya, Guanajuato. Forma parte de la Ruta de Hidalgo.

En este pueblo de San Juan de la Vega no hay ninguna Cabeza de Águila, sin embargo, fue por aquí que el ejército Insurgente pasó, una vez que salieron de Chamacuero, temprano por la mañana, continuaron rumbo sur, llegando, un par de horas más tarde a donde había una hacienda, llamada del mismo nombre, San Juan de la Vega.


Y comenzamos a leer El Sol del Bajío “La tradición oral indica que la comunidad de San Juan de la Vega nace en 1558, pues existe una referencia de que su fundación fue aproximadamente 12 años anterior a la de Celaya (1570). La fundación de San Juan de la Vega coincidió con un martes de carnaval y la imagen del santo patrona, San Juan Bautista, existe desde entonces, resguardada por religiosos franciscanos y por el párroco encargado que residía en Santacruz de Comonfort. Entonces San Juan de la Vega contaba con tres mil habitantes”. (1)


Y seguimos: “Entre narraciones que han pasado de generación en generación, se cuenta que Juan Aquino de la Vega era un rico minero de Guanajuato que participó significativamente en la fundación de San Juan de la Vega, acompañado por el conde de Jaral de Berrio, colocó una cruz como representación de la primera piedra, cinco metros al oriente y la misma distancia al occidente de la iglesia. Juan Aquino de la Vega era devoto de la imagen de San Juan Bautista y heredó a sus hijos por igual. Prometió a San Juan Bautista hacerle una fiesta cada año por haberle concedido el milagro de recuperar el oro que le habían robado, como parte de la promesa, la imagen de San Juan visitaría las casas de la comunidad, dando origen a los mayordomos de la fiesta y las velaciones”. (2)


Interesante es ver como se liga la presencia de los de Berrio en esto que ahora es el Estado de Guanajuato, ya que, un poco más adelante, durante la guerra de Independencia, dado que su enorme propiedad estaba cercana a Villa de Reyes, lugar donde Calleja tenía “sus reales”, acudió con los Moncada, es decir, con los de la Hacienda de Jaral de Berrio para dejar allí a sus tropas, mismas que más adelante fueran abatidas por un español que luchaba contra los españoles y a favor de los mexicanos: Francisco Xavier Mina.


Cuando damos un vistazo o una profunda lectura a la historia y comenzamos a ligar la vida cotidiana, con los acontecimientos que ahora los tenemos etiquetados como “históricos” entendemos mejor lo que sucedía y por qué sucedía… estoy leyendo, sorpresa para mi, uno de las mejores compilaciones que sobre el cura Hidalgo se han hecho, en ella leo esto: “En breve su casa deviene auténtica escuela de artes y oficios, (se refiere a la establecida por Hidalgo en Dolores luego de su traslado de San Felipe a esa población); mientras encomienda al sacerdote Francisco Iglesias, el resguardo de las almas, (bendito Bicentenario! Ahora si podremos entender bien las cosas!); por la mitad de sus ingresos anuales, que montan un total de nueve mil pesos, suma respetable (mayor a la de un corregidor) que, no obstante, se queda corta frente a los 80 ó 100 mil que devengaban los obispos”. (3)


Si desmitificamos los hechos, los acontecimientos que “la historia oficial” nos ha ido transmitiendo, lograremos entender lo que en realidad fue el movimiento Insurgente… te invito a recapacitar en esto: Imagina que en ese momento y en este lugar en donde vamos en la Ruta de Hidalgo, 1810, San Juan de la Vega; en ese entonces eran entre 2 mil y 2 mil quinientas personas las que vivían, y que de pronto aparece en lo alto del horizonte una nube de polvo que levantaban los ya más de 10 mil integrantes del ejército Insurgente, es decir, cuatro veces (sino es que más) su población, todos hambrientos, sedientos, con palos, piedras y lo que fuera, rumbo a Celaya… “¡a matar gachupines!”


¿Ahora entiendes porque puse al principio un artículo sobre la relación territorio-población? Fue con esta intención, la de entender la dimensión REAL del conflicto, haciendo a un lado “la historia oficial”, que mucho no nos dice. Estamos apenas al mediodía del cuarto día del levantamiento, en el 19 de Septiembre de 1810. Miércoles para ser precisos…


¡Arre! Hay que seguir… Celaya está a pocas leguas de aquí… ¡vámonos a coger gachupines!


Fuentes:


1.- El Sol del Bajío. Edición especial. 13 de septiembre, 2009. Celaya, Guanajuato.


2.- Ibid.


3.- Martínez Álvarez, José Antonio. Miguel Hidalgo. Marcha de la libertad. Consejo Consultivo Editorial del Bajío, AC. Celaya, 2008.



3 comentarios:

  1. para mi todos los acontesimientos de la revolucion mexicana comensaron,,en mi lindo guanajuato...mexicanos estan en deuda con mi estado

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  2. Que bueno al compartir estos sucesos de l historia de nuestro bello Guanajuato pero me gustaría que nos dieran a saber por que el municipio de Celaya o el estado opaca y saca de los mapas a San Juan de la Vega ya que para y mucha gente es uno delos pueblos magicos e históricos del estado de Guanajuato y de gente valiente y uno de sus mejores muy poco reconocido por unos y temor de otros en sus tiempos el gran Valentín Mancera

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  3. Muy bonito he intetesante inicios de la historia en pueblos que no imaginamos que existen

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