jueves, 31 de marzo de 2016

De cuando Estados Unidos negó su apoyo al movimiento de Independencia de México

   Habían pasado tres meses desde el "Grito" de Dolores cuando Hidalgo comisiona a Pascasio Ortiz de Letona para ir a Estados Unidos en calidad de embajador del movimiento Insurgente ante el gobierno de aquel país. Letona muere al poco tiempo y, en su lugar es nombrado Bernardo Gutiérrez de Lara. La intención de tener un embajador en los Estados Unidos era la conseguir el apoyo a la causa independentista, el presidente "del otro lado" era James Madison cuya imagen vemos ahora. Todo quedó en intensión pues Hidalgo es aprehendido y luego fusilado. En 1812 un personaje no muy conocido, el padre Garcilita colectaba firmas para ir luego a pedir apoyo a los Estados Unidos, esa historia la puedes leer completa aquí. Para 1815 Morelos ve en país del norte la posibilidad de apoyo para su movimiento, y le notifica el 14 de julio al Congreso Norteamericano que reconozca la independencia de México (el texto del documento de Morelos a Madison lo puedes leer aquí.

  Ya antes, en 1814, Morelos había enviado a su hijo a Nueva Orleans, lo envía custodiado por un norteamericano que se unió al movimiento en Acapulco, Peter Ellis Bean, al que le castellanizaron el nombre por el de Pedro Elías, él, ademas de llevar a Juan Nepomuceno (Morelos) Almonte, va comisionado para buscar apoyo de los Estados Unidos al movimiento de insurrección. El apoyo no llega, Morelos es fusilado en diciembre de 1815 y su hijo, al paso del tiempo, se volverá en uno de los principales promotores para la instalación de un Imperio en México, el de Maximiliano.

  Volviendo a aquella carta que Morelos envía a Madison, él, junto con James Monroe, el mismo de la famosa sentencia de "América para los americanos", rechazan la solicitud de Morelos pues ya en Nueva Orleans se estaba preparando un contingente que vendrían a apoyar el movimiento de liberación. Madison dicta así su sentencia:

  "Mando y ordeno en esta proclama a todos los empleados de los Estados Unidos, así civiles como militares de cualquier estado o territorio a que pertenezcan: a todos los jueces, justicias, a los oficiales del ejército y armada de los Estados Unidos, y a los de la milicia, que vigilen en sus respectivas jurisdicciones, y que indaguen y traigan a condigno castigo a todos los promotores o alistados en dicha expedición, y que se apoderen y detengan hasta que decidan las leyes sobre el particular, todas las armas, almacenes militares, buques u otros artículos que hayan preparado o preparen para llevar a efecto dicha expedición; y por último, que impidan el que se lleve ésta a efecto, empleando para ello todos los medios que estén en su poder.

  "Recomiendo a todos los buenos y fieles ciudadanos de los Estados Unidos, y a los demás que se hallen bajo de su jurisdicción, que ayuden, y auxilien a los empleados del gobierno, y con particularidad para las indagaciones que hicieran para aprender y traer ante las leyes a todos los criminales, a fin de que se impida la realización de los injustos designios, informando de todo a las justicias y demás jefes a quienes conviniere". (Para leer el documento completo, entra aquí.)

  Ocurrirá luego, tres décadas después, que el presidente Polk, en la imagen, invadirá México para luego hacer un tratado y anexarse buena cantidad de territorio mexicano para los Estados Unidos.

En 1858 Ignacio Comonfort se va a los Estados Unidos, primero a Nueva Orleaans luego a Nueva York, al poco Benito Juárez llegará a Nueva Orelans, y la historia de la relación México-Estados Unidos es larga verdaderamente.


sábado, 26 de marzo de 2016

Los monumentos y placas en Cortazar, Guanajuato.

   Conozco casi todos los municipios del estado de Guanajuato, solamente no he podido llegar aun a la zona de la Sierra Goda más al norte y al este, es decir, Xichú, Atarjea, Santa Catarina y Tierra Blanca. Y puedo afirmar que es Cortazar la ciudad que mantiene todos los elementos relacionados con las distintas conmemoraciones de la Independencia. Me quedó solamente una cosa por verificar, pero, comenzamos con el monumento al general Luis de Cortazar y Rábago, razón del nombre de la población.

   En el proyecto original del Sesquicentenario, en 1960, se incluyó a Cortazar como punto de la Ruta de Hidalgo, y se colocó una Cabeza de Águila, pero, por motivos que desconozco, la estela original se perdió.

   En septiembre de 2009 se colocó una réplica, por cierto, la mejor que he visto de todas las réplicas que se han colocado a lo largo de la Ruta.

   Recordamos que en 1910, el Estado de Guanajuato conmemoró el Centenario dándole el nombre de Calle Hidalgo a la más importante de cada una de las poblaciones, para ello, se mandaron hacer placas que se pusieron en la calle más próxima al Jardín Principal.

   Y en el Jardín, es decir en la Plaza de la Constitución de cada población guanajuatense, se colocó en el kiosco, una placa con la fecha de 16 de Septiembre 1810-1910.

   Poco antes de las Fiestas del Centenario, hubo una especie de ensayo, por así decirlo, y se seleccionó el año de 1906, que fue el centenario del natalicio de Benito Juárez, razón por la cual encontramos esta placa que lo recuerda. Aunque no se menciona a Juárez, la placa en mármol está asociada a tal evento. Lo que ocurrió en todo México fue que ese día se develó una placa metálica con el nombre de Juárez y la fecha de 21-3-1906, eso es a lo que me refiero al decir que me faltó verificar si esa placa existe aun en Cortazar.

   Y fue para las Fiestas del Bicentenario que se mandó colocar este monumento a Hidalgo, se trata de una réplica del que está en Dolores.

  Y vi que, además, en Cortazar recordaron el inicio del siglo XXI. Hay, además un interesante mural en la Presidencia Municipal y otro más en la Casa de la Cultura.


miércoles, 23 de marzo de 2016

23 de marzo de 1994... hace 22 años.

   Por muchos lugares queda aun la imagen de la campaña política usada hace 22 años, por Luis Donaldo Colosio y hoy, hace 22 años fue asesinado en Tijuana. Las paredes siguen recordándonos su nombre... y la duda sigue aun...

Si bien este espacio es para dar cuenta del movimiento de Independencia, no está de más recordar este acontecimiento.

miércoles, 9 de marzo de 2016

La campana de Hidalgo en Tlatelolco

   Si has visitado la ciudad de México seguramente has visto, al pasar por Insurgentes norte la que fuera Torre Banobras que también se llamó Torre Emblema y Torre Independencia. Banobras porque el proyecto de urbanización Nonoalco-Tlatelolco fue financiado por el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos y en ese lugar estuvieron sus oficinas. Emblema porque se convirtió en el emblema de Tlatelolco y lo de Independencia es debido a que se levantó durante el tiempo en que se estaba comenzando a celebrar el Sesquicentenario de la Independencia.

   Seguro es que lo más conocido de Tlatelolco es la Plaza de las Tres Culturas, más que por el contraste de construcciones que le dan su nombre, al ver en un solo espacio vestigios prehispánicos, un templo católico de los más primitivos que sobreviven en México y una moderna torre diseñada por el célebre Ramírez Vázquez; por lo sucedido allí en 1968.

   Y ocurrió que, luego del Sesquicentenario, en 1962, el gobierno belga, encabezado por el rey Balduino, regala a la ciudad de México un carrillón que fue colocado justo en la parte alta de la emblemática torre de Banobras y una de las campanas, fundidas allá en Europa, tiene el nombre de Hidalgo, creo es la principal de las 47 que forman el carrillón. 

   Las campanas no fueron hechas en Bélgica, sino en Holanda, pues la compañía, tradicional por demás, que fabrica los carrillones desde 1660 fue la de Petit & Fritsen. Luego el edificio fue cerrado, prácticamente abandonado, puesto a la venta, adquirido por una inmobiliaria norteamericana y ahora se le conoce como Corporativo Tlatelolco (creo), el carrillón recuperado y puesto en funcionamiento nuevamente según leí en algunas crónicas.

  Para leer más al respecto, entra aquí. Excélsior publicó un interesante artículo sobre la Torre, lo puedes ver aquí. Otro interesante artículo sobre la obra, está aquí.

viernes, 4 de marzo de 2016

1799: La conspiración de los machetes.

   Esto, a diferencia de muchos eventos que por mera coincidencia han ocurrido en Septiembre y más aun el 15 o el 16, no fue en ese mes sino en Noviembre, el siglo XVIII estaba por terminar, era 1799 y un movimiento que pretendía derrocar a los españoles del gobierno de México se gestaba justo en la ciudad de México, capital del virreino, en el que se planeaba matar a todos aquellos venidos de la península y asentados en la ciudad, además con la característica que debían tener de ser ricos. Ese movimiento pasó a la historia como la Conspiración de los machetes y, para no complicarme la vida, transcribo lo que Wikipedia dice al respecto:

   La conspiración de los machetes fue una rebelión fracasada contra España en el territorio del Virreinato de Nueva España ocurrida en 1799 y liderada por criollos de origen humilde. El nombre hace referencia a lo modesto del armamento utilizado por los rebeldes: apenas cincuenta machetes y dos pistolas. Aunque la conspiración fue sofocada antes de comenzar y no amenazó a la dominación española, tuvo un gran impacto en el virreinato y, ya que ocurrió once años antes del Grito de Dolores, es considerado por los historiadores como uno de los hechos precursores de la Independencia de México. Pedro de la Portilla, de origen criollo y procedente de una familia de escasos recursos, empleado en la Oficina de recaudadores de impuestos de la Nueva España en la Plazuela de Santa Catarina de Ciudad de México, organizó en 1799 una reunión de 20 jóvenes, familiares y amigos, con orígenes similares, en el callejón de Gachupines Nº 7 de la misma ciudad. Algunos de los hombres presentes eran guardias en las plazas de la ciudad y otros trabajaban en las industrias de fabricación de relojes o de la plata.

  La reunión examinó la situación existente entre los criollos, nacidos en América y los «peninsulares», nacidos en España y denominados con el término peyorativo de «gachupines». Los presentes decidieron levantarse en armas para liberar el país de «peninsulares», considerados opresores, mediante un levantamiento popular bajo la advocación de la Virgen de Guadalupe.
   El plan acordado comenzaba con la liberación de los presos de la ciudad y, con ellos, asaltar el Palacio del virrey, capturando a los altos funcionarios del gobierno y sus fondos. Los conspiradores, a continuación, pretendían proclamar la independencia de México, declarar la guerra a España y matar o expulsar a los «peninsulares». Para lograr sus propósitos, reunieron 1.000 pesos de plata, dos pistolas y unos 50 machetes. Tras el éxito de la rebelión, el plan era hacer un llamamiento a la gente para decidir qué forma de Gobierno debía establecerse en México. Los conspiradores aparentemente preferían un Congreso, basado en el que recientemente se había establecido en los Estados Unidos.

   En la segunda reunión, Isidoro Francisco de Aguirre, un primo de Portilla, se sintió alarmado por los preparativos y denunció la conspiración a las autoridades el 10 de noviembre de 1799. El virrey, Miguel José de Azanza dio órdenes de que fueran detenidos, pero sin revelar los motivos de su conspiración con el fin de evitar un levantamiento entre la población. Todos los conspiradores fueron detenidos y pasaron muchos años en prisión, muriendo algunos de ellos en la cárcel. El juicio fue largo y no llegó a un veredicto. Portilla vivió para ver la independencia de México.

jueves, 3 de marzo de 2016

Las tropas del gobierno virreinal al comenzar la guerra de Independencia

    Era 1810,  ya desde 20 o 30 años antes, títulos y cargos en la milicia se habían vendido, no al mejor postor pues cada cargo tenía un precio fijado por la Corona española, la Corona, allá en España requería cada vez de más dinero de sus posesiones de Ultramar para sostener la guerra que tenía ya con Francia, acaba de tenerla con Inglaterra y era como un pozo sin fondo que, lo único que requería, era de más y más plata. El corto gobierno del virrey Flórez Maldonado pudo recabar considerable suma luego de la venta de plazas (o en todo caso sólo del título) de Capitán, Teniente, etc. Criollos que habían sido desplazados por españoles compraban esos títulos para mostrar una cierta "nobleza" o, en todo caso, para manifestar su poder... adquisitivo. El caldo de cultivo estaba ya preparado... y en cocción. Para el año en que el movimiento de insurrección comenzó esta era su conformación:

   "El regimiento veterano de la Corona, mandado por el coronel D. Nicolás Iberri; Nueva España por D. Mariano Borbón; México por el teniente coronel D. Manuel de la Sotarriba, y Puebla, por D. Javier de Gabriel: cada uno de estos cuerpos tenía novecientos setenta y nueve plazas; Fijo de Veracruz por D. Joaquín Arredondo; auxiliares de la isla de Santo Domingo, creado en 1810 con destino a la citada isla, con dos compañías de fusileros y una de granaderos, teniendo cien hombres cada una, mandados por el teniente coronel D. Agustín Ramírez. El real cuerpo de artillería mandado por el mariscal D. Judas Tadeo de Tornos, tenía una fuerza de setecientos hombres con treinta y tres oficiales y seiscientos diez milicianos que gozaban la antigüedad de dicho real cuerpo en España.

  Existían dos compañías de voluntarios de Cataluña, mandada la primera por D. José Funt y la segunda por D. Francisco González, y las compañías fijas de Acapulco, el Carmen y San Bals. Los regimientos veteranos de dragones, eran: España con cuatrocientos sesenta y un soldados, mandados por el brigadier conde de Alcaraz; México por D. José Emparan; los dragones del presidio del Carmen por el capitán D. Juan Antonio Montero.

   "Además existían ya ocho regimientos de milicias provinciales: el de México, mandado por D. Juan de Noriega Robledo; Tlaxcala por D. Lorenzo Guardamino; Puebla por D. Joaquín Gutiérrez de los Ríos; Tres Villas, o Jalapa, Orizaba y Córdoba, por D. José María Mendivill; Toluca por el teniente coronel D. Ignacio García Illesca; Celaya, por D. Manuel Fernández Solano; Guadalajara, por D. Luis Antonio Dávalos y Oaxaca por el coronel D. Mauel del Solar Campero. Todos los regimientos provinciales debían tener mil hombres. Existían varios batallones sueltos criados en 1810, entre los cuales estaban el ligero de México, y los de Mextitlán, Tula, Tulancingo, Taxco y otros.

   Los regimientos provinciales de caballería eran cinco: Querétaro, el Príncipe, Puebla, San Luis y San Carlos; también estaban organizados los lanceros de Veracruz, la caballería de Sierra Gorda, dragones de San Luis, Colotlán y los de Nuevo Santander. Además de estas fuerzas que hemos enumerado, existían las compañías de blancos y pardos en las costas norte y del sur; las volantes de las provincias internas y los albarraderos de palacio y algunas compañías presidiales; los batallones, urbanos del comercio de México y Puebla; patriotas distinguidos de Fernando VII, de infantería y caballería, y voluntarios del mismo Fernando en Veracruz". (1)


Fuente:

1.- Rivera Cambas, Manuel. Historia antigua y moderna de Jalapa y de las revoluciones del Estado de Veracruz. Imprenta de I. Cumplido. México, 1869. pp. 305-306

martes, 1 de marzo de 2016

14 de Septiembre de 1810, la jura del Virrey Venegas

   Curiosidad, casualidad, ironía... no sé cómo calificarlo. Se trata de un hecho ocurrido en Septiembre de 1810, el día 14, que fue un viernes, la ante víspera del día que cambió el rumbo de México. Días antes, el 28 de agosto, desembarcó en el puerto de Veracruz, seguramente habrá descansado allí un día al menos, o tal vez un par de días, aunque cabe la posibilidad de que una vez desembarcado haya tomado camino rumbo a Xalapa y allí haya efectuado su descanso pues, siendo los últimos días de agosto la humedad y calor del puerto era más bien un incómodo ambiente para descansar. El derrotero a seguir estaba más que definido, una entrada triunfal a Tlaxcala, otra en Puebla para luego continuar a la ciudad de México, en donde hace su entrada oficial el 13 de septiembre. El 14 fue la ceremonia y ese mismo día, en Querétaro Josefa Ortiz estaba siendo encerrada, ocurriría luego el ya mítico episodio del taconeo para darse a notar y ordenar que se de aviso en San Miguel el Grande de que la Conspiración había sido ya denunciada. Lo que ocurrió en México fue la visita que el recién ungido como virrey, Venegas, hace a la imagen de la Virgen de Guadalupe, misma que unas horas luego se convertiría en el estandarte del movimiento de insurrección.

  "El día 14 del corriente hizo su entrada pública en esta capital el Excmo. Señor Virrey Don Francisco Xavier Venegas, según teníamos anunciado. A este efecto se pusieron sobre las armas todas las tropas de caballería e infantería de esta plaza para hacer los debidos honores a S.E. formándose en dos alas desde el real palacio hasta la garita de N.S. de Guadalupe, cuya carrera se hallaba colgada y ocupado el tránsito de un inmenso concurso de uno y otro sexo. La Real Audiencia partió desde temprano con la tropa de estilo como gobernadora, y luego que llegó a N.S. entregó el mando S.E. con todas las solemnes ceremonias de estilo, en concurso de los tribunales y cuerpos que habían ido a cumplimentarle. S.E. pasó inmediatamente a dar gracias al santo templo de nuestra augusta protectora, donde le recibió el cabildo de la insigne y real colegiata, acompañándole en el acto de dar gracias, y después del Te Deum que se cantó a toda orquesta ase ofrecieron en el santo sacrificio de la misa las preces eclesiásticas para implorar el acierto de los que gobiernan.

  Concluido esto pasó S.E. a la Sala Capitular, donde después de cumplimentado con elocuentes arengas del real Acuerdo, Exmo. Ayuntamiento, teal y pontificia Universidad, ilustre y real colegio de Abogados, y demás tribunales y cuerpos, (a que correspondió con energía y laconismo) se dirigió a esta capital, donde fue recibido por este fidelísimo vecindario, en medio de los más sinceros regocijos y sofisticaciones que acreditan el alto aprecio con que presentan su obediencia a nuestro deseado monarca el Sr. D. Fernando VII, cuya autoridad representa nuestro Exmo, Señor Virrey. Las salvas de Artillería y campanas a vuelo llevaban este objeto de regocijo público. Luego que llegó al real palacio, y hubo recibido los parabienes de todos los tribunales y cuerpos eclesiásticos y políticos, pasó a pagar la visita al Excmo. e Illmo, Sr. Arzobispo, volviendo después a recibir los saludos de las tropas que pasaban marchando por la frente del real palacio.

  Las tardes de estos tres días de plácemes y enhorabuenas, ha habido paseo público y sobresalientes funciones de teatro las tres noches, y en todo ha brillado el regocijo público, la opulencia de los trenes, la magnificencia de las galas, y particular aprecio con que este file pueblo ha recibido a S.E., corriendo apresuradamente a tener el honor de conocerlo y tributarle su obediencia, sus respetos y su amor, como a origen y fuente de su justicia y fidelidad" (1).

  Así pues, si las fiestas de recepción se prolongaron durante tres días que fueron el 14, el 15 y el 16 de septiembre... curiosidades, curiosas ironías de la vida.

Fuente:

1.- Gaceta del Gobierno de México, del martes 18 de septiembre de 1810. Tomo I. Núm. 103, pp. 756-757.