El recorrido comienza, hay 260 Cabezas de Águila por ver…

Meses de tomar notas, consultar libros, atlas, de sacar rutas y ya estamos listos para partir.

Y llegó la hora de partir. Son 260 escalas las que debemos hacer en el camino, un camino largo, si consideramos que de Dolores a México (Cuajimalpa) son 350 kilómetros, aproximadamente, y de allí a Chihuahua, vía Morelia-Guadalajara-Zacatecas-San Luís- Saltillo-Chihuahua, (por tomar solo las capitales), hacen un total aproximado de 2,650 kilómetros, quizá no sean tantos, pero, considerando que a lo largo de ellos nos toparemos con dos cosas, una, la zona más poblada de México, la otra, la zona más inhóspita de México.

Hay estelas que están ubicadas en lugares muy remotos, con poco acceso, pero, siempre hay una ruta de colectivo que pasa cerca de allí. Como esta en San Juan Xalpa, Estado de México.

Iremos bordeando el Camino Real de Tierra Adentro en algunos casos, deberemos de pasar por muchas haciendas, en el mayor de los casos; recordemos que en el siglo XIX la población de México era eminentemente rural. Iremos a la par del río Lerma durante su recorrido por Guanajuato, Estado de México y Jalisco. Estaremos en el bosque por algunas partes de Michoacán y del Estado de México, luego en el desierto de Coahuila y Chihuahua, iniciaremos por el Bajío.

Hay Cabezas de Águila que están en perfectas condiciones, como esta que encontramos en Loma de Zempoala, municipio de Yuriria, Guanajuato.

Subiremos montañas, habrá frío, calor, lluvia. Un poco de todo, como de todo vivieron los Insurgentes hace ya doscientos años. Llevo mucho ánimo, muchas ganas de conocer el recorrido, ganas de documentar los 260 monumentos denominados Estelas Cabeza de Águila, estoy listo a escuchar uno y mil relatos de lo que a la gente la liga con el monumento, estoy listo para recorrer parte de los once estados por donde pasa la Ruta de Hidalgo.

La suerte está echada, la ruta trazada, los tenis listos y las ganas sobran… vámonos.

Esto no comienza hoy, comenzó hace meses cuando vi con atención una de las Cabezas de Águila, luego cuando vi la segunda y la tercera… es una empresa difícil, especialmente si se considera que, dada la crisis, tanto la existencial (mía) como la actual (colectiva) el llegar hasta Chihuahua implican gastos, hoteles, comidas, en fin, no es ir a la vuelta de la esquina, como quiera, se que cuando hay ganas se logaran cosas. Los tenis serán los mismos, la ropa, será casi la misma. Lo que si serán muchos son los libros que he consultado y los que faltan por consultar. Los mapas, los apuntes.

La maleta será lo único que me acompañe, también una cuaderno para notas, la cámara obvio es que es indispensable. Un par de cambios y ya estamos. Los hoteles, posadas, o haciendas restauradas, como esta en Zinapécuaro, Michoacán, están disponibles.

El asunto es que ya debemos de comenzar. La maleta (ya no mochila) está lista, yo también, así que vámonos, hay media república por recorrer…

Por sierras, lagos, bosques, ríos, llanuras, por todos esos lugares pasaremos, los paisajes serán estupendos, como este cerca de la que fuera la Hacienda de Pateo en Michoacán.