De la ya larga lista de mujeres que participaron en la guerra de Independencia hemos rescatado una buena cantidad, más de 160 nombres y una buen número de sus biografías. Esta vez, gracias al estudio realizado por la doctora en historia, María José Garrido Asperó, nos enteraremos de una historia más, indignante, del trato que se le dio a las mujeres en los primeros años de la lucha. Esta historia se desarrolló en Valladolid hacia 1815 y, en buena medida, fue uno de los frutos de las radicales ideas que Agustín de Iturbide tenía en contra de las mujeres, podrás bien catalogarlo de misógino, esto lo deducirás una vez que te enteres de esta, en verdad, indignante historia.
"...el que tal vez rebela con mayor claridad el recelo que a las mujeres le tenían los militares realistas es el de Bernarda Espinoza. A esta mujer se le acusó en Valladolid, 1815, de infidente porque demostró júbilo por una derrota realista.
Juan Manuel de Azcárate, teniente graduado del Regimiento de la Corona y Fiscal del Consejo Permanente, a quién se le encomendó formar la sumaria contra Bernarda opinó: "uno de los mayores males que hemos tenido desde el principio de ésta guerra y ha asentado más la opinión de la rebeldía, son las mujeres, que fiadas en el sexo han sido el conducto para seducir a toda clase de vivientes, valiéndose de cuanto atractivo tienen. La casualidad nos presenta hoy poder hacer un público escarmiento a Bernarda Espinoza, que aunque no consta, ha seducido a alguno directamente, pero sí ha vertido proposiciones en favor de aquellos".
Azcárate deseaba que ésta mujer fuera fusilada publicamente pero, atendiendo a las conveniencias militares, sugirió no hacerlo así porque entonces serían asesinados 37 soldados en poder de los Insurgentes, y señaló que era "más apreciable una sola vida de éstos infelices que la de cincuenta mujeres prostitutas y abandonadas como éstas..."
La rudeza con que fueron tratadas las mujeres durante la guerra de Independencia no solo fue una medida de fuerza para someter a los soldados insurgentes, es decir, ellas no fueron detenidas en calidad de rehenes; en realidad las autoridades militares realistas estaban convencidos de que las mujeres actuaban a favor de la casusa rebelde. Su plan para recuperar el control político y nilitar del territorio incluyó, además de la persecución militar de los insurgentes, el desmantelamiento de las bases de apoyo que los habitantes de los pueblos proporcionaban a los rebeldes..." (1)
Fuente:
1.- Garrido Asperó, María José. Entre hombres te veas: las mujeres de Pénjamo. Dentro del libro: Guerra y gobierno, los pueblos y la Independencia de México. Coordinador Juan Ortíz Escamilla. Colección Nueva América. Universidad Internacional de Andalucía, El Colegio de México, Instituto Mora. Sevilla, 1997.
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