San Simón, municipio de Ixtlán de los Hervores, Michoacán. Cabeza 119

Llegamos hasta la ex hacienda de San Simón en el municipio de Ixtlán de los Hervores para encontrarnos que no existe la Cabeza de Águila correspondiente a este lugar. Indagando con los habitantes de la zona, uno de ellos comentó que siendo joven había visto ese monumento y que también vio cuando un día llegaron a hacer un aplanado frente a la Hacienda en donde ahora hay una cancha de Básquet y que la Cabeza de Águila fue tirada, al parecer la metieron en la Ex hacienda que ahora pertenece a unas monjas y allí quedó encerrada. Verdad o mentira, el caso es que en el lugar donde debería estar, no está y que aquél lugar encierra una historia, definitivamente, sí lo es.

A lo largo de la Ruta de Hidalgo, ahora que vamos, prácticamente, a la mitad de la misma, pues hay que recordar que yo llevo un conteo, en base a las Cabezas de Águila que están allí o que hay un documento que muestra que allí estuvieron, pero en el listado que el Profesor Jiménez de la Rosa ofrece en su libro “Ruta de Hidalgo 1810-1811”, en ese libro, el único, hasta donde tengo entendido, se publicó en relación al Sesquicentenario, me refiero único que publico la Ruta de Hidalgo, hay otro, el de Francisco de la Maza, que es una recopilación de los recintos artísticos más interesantes que hay a lo largo de la ruta. Pues bien, según el profesor, esta es la cabeza número 135 de las 260 que la conforman.

De estas 260 estelas una buena cantidad están colocadas dentro de una hacienda, cercanas a una ex hacienda o en un lugar que fue una hacienda y ahora es un pueblo. La Erre, Sarabia, Temascatío, Burras, Santa Rita, Juan Martín y Andaracua, en Guanajuato; Apeo, Pateo, Pomoca, Tepetongo, Itzícuaro, Coro, Tecacho, Las Piedras, El Cuatro, Granjenal, Ziquítaro, Buenavista y San Simón en Michoacán. Solis, Tultenango, La Jordana, Obraje, Santa Juana, Atenco, Jajalpa, Nijiní, Pastejé, Jocotitlán y La Cofradía en el Estado de México. Esa larga lista apenas en tres estados de los once que conforman toda la ruta.

Definitivamente las Haciendas tienen una importancia enorme en el recorrido que hizo el Cura Hidalgo en busca de la emancipación del país. Hasta la fecha lo hemos seguido por esos estados: Guanajuato, Michoacán y Estado de México, más al norte nos encontraremos con una lista enorme de haciendas localizadas en la zona desértica de nuestro país. Es por eso que creo que la Ruta de Hidalgo tiene infinitas posibilidades de ser explotada turísticamente, no solo desde el punto de vista histórico relacionado al movimiento insurgente, sino a la total historia de nuestro país.

Veamos algo de la historia de la Hacienda de San Simón: “Alonso de Avalos vendió el 6 de abril de 1625 al zamorano Pedro de Salceda Andrade la Hacienda El Monte que, mediante ese acto, acaparo la parte del oriente de la ciénega, donde se plantaba Guaracha, y el sur de la laguna de Chapala, desde Tizapan y Jucumatlan (hoy Cojumatlan), hasta Quitupan y Mazamitla. La nueva adquisición permitió a Pedro de Salceda cerrar en círculo una línea que tocara Jiquilpan, Cojumatlan, La Palma, Cumuato, Buenavista (hoy Vista Hermosa), Ixtlán, Pajacuaran, Tangamandapio, Guaracha, Jaripo, Totolan y puestos intermedios”.

“Había un desarrollo agrícola y ganadero que estimulaba el flujo y reflujo de respetables cantidades monetarias. En este sentido las grandes fincas de la localidad se convirtieron en centros comerciales importantes que comerciaban una gran variedad de productos. Tan solo en la Hacienda San Simón se podía encontrar: cortes de casimir, lienzos de holanda blanca, percales finos de distintos colores, medidas de sastre, tazas de china sin asa, cigarros y cerillos, entre otras cosas más. La relación que guardaban los pueblos con las unidades productivas del municipio era muy estrecha por el hecho de que los pobladores eran primordialmente agrícolas. Más precisamente eran los pueblos, comprendiendo el núcleo estable de trabajadores fijos de las haciendas, los que concurrían al sostenimiento de los latifundios. En ese periodo de auge en el municipio, el censo de población de finales del siglo XIX arrojo cifras de un gran crecimiento demográfico. En esas condiciones las haciendas de Ixtlán estaban convertidas en las principales fuentes de ocupación, y las que mejores salarios pagaban a sus trabajadores. Dentro de ese proceso productivo, quienes ocupaban mejores posiciones eran los administradores, los cuales percibían un salario de un peso diario, cuando un jornalero cortador de leña solo llegaba a percibir 25 centavos”. (1)

En este interesante documento, el cual te invito a leer completo para tener una visión de la importancia que tenía la parte occidental de Michoacán en la economía tanto virreinal como posterior hasta el trágico desenlace de todas las haciendas de nuestro país, cuando son mutiladas y entregadas en parte a consecuencia de la Reforma Agraria; el enlace aparece más abajo.

Curioso es encontrar que el monumento a Hidalgo que se encontraba en el mismo lugar de la Cabeza de Águila, fue pasado a la otra plaza, pues tan solo es cruzar un arroyo para encontrarnos en La Estancuela y allí está otro de los tantos monumentos del Cura Hidalgo, otro que se une a los monumentos levantados en su honor que, así como él que fue infatigable jinete y se movió de un lugar a otro, así sigue su presencia en esos monumentos que se mueven de un lugar a otro.

Fuentes:

1.- El Valenciano, Michoacán.

http://elvalencianomich.webs.com/apps/blog/show/2949894

Esta entrada ha sido posible gracias al apoyo del Ayuntamiento de Vistahermosa, Michoacán.