jueves, 30 de junio de 2011

Los venerables restos de los héroes en la Colegiata de Guadalupe.


No queda claro el día en que llegaron los restos a la villa de Guadalupe, quizá fue el 10 o el 11 de septiembre de 1823. No se menciona en los documentos cuando fue la fecha exacta de esta recepción, solo se dice que fueron del 12 al 15 cuando estuvieron en el Santuario más conocido y respetado de todo México. En buena forma se estaba cerrando ese círculo emblemático, el simbólico que el ejército Insurgente decidió utilizar: el de Nuestra Señora de Guadalupe, estandarte que, desde el 16 de septiembre de 1810 se utilizó como bandera del movimiento de liberación. Ahora estaban ya los restos de Hidalgo seguramente en el altar mayor de la que conocemos como la Antigua Basílica y esperarían allí hasta el 15 en que llegan los restos de José María Morelos y a todos juntos les es ofrecida una misa especial.


"El acervo histórico documental (AHBG) resguardado cuidadosamente en la Insigne y Nacional Basílica de Santa María de Guadalupe, conserva valiosos expedientes relacionados con hechos esenciales que han marcado la vida histórica de nuestro país. Entre ellos se encuentran las ceremonias luctuosas a los Insurgentes, celebradas entre el 12 y 15 de septiembre de 1823, en la Colegiata de Guadalupe, cuando se recibieron sus restos para ser trasladados solemnemente a la ciudad de México..." (1)

"En la mañana de ayer llegaron los venerables restos de Morelos a Guadalupe; serían las 12 y media cuando entraron en la Villa y se presentaron a la Colegiata. Acompañábanlo tres músicas de indios de diversos pueblos, y en vez de cánticos y músicas lúgubres, tocaban Walses y sones alegres. ¿Quién oyendo a estos hijos de la naturaleza explicarse de este modo, no auguraría que hacían coro con la música agradable que recreará el olvido en la región de la paz a aquel hombre magnánimo que tanto amó en vida a los hijos de Anáhuac y que con tanta usura correspondieron a su cariño? (2)

De la ceremonia litúrgica celebrada en la Basílica se encargo el Abad de la misma, Domingo Hernández, quien desde el 9 de agosto, había sido notificado, así pues tuvo poco más de un mes para hacer los arreglos correspondientes. Se dice que el prebendado José Leonardo Alarcón hizo una relación detallada de lo acontecido al que era el alcalde de la ciudad de México, Molinos del Campo; será bueno encontrar ese documento para saber la magnanimidad de las funciones celebradas en la Villa de Guadalupe.



Fuentes:

1.- Soto Balderas, Ma. del Carmen. Presencia de los héroes de la Independencia de México en la Colegiata de Guadalupe. Sitio electrónico de la Basílica de Guadalupe.


http://www.boletinguadalupano.org.mx/boletin/cultura/heroes.htm

2.- Bustamante, Carlos María. Diario histórico de México. Primera edición arreglada por Elías Amador. Tip. de la Escuela de Artes y Oficios de la Penitenciaría, a cargo de J. Ortega. Zacatecas, 1896

miércoles, 29 de junio de 2011

Carlos María Bustamante, testigo de la llegada de las urnas a la ciudad de México.

Carlos María Bustamante será testigo presencial de la llegada de los restos de los héroes a al ciudad de México, los días previos sigue con atención lo que "El Sol" va publicando en torno al traslado desde la salida de Guanajuato, siendo estos unos datos muy precisos, a continuación los veremos tal cual los escribió:

"Jueves 11 de Septiembre de 1823. (Mucha lluvia)

En el "Sol" de hoy, se leen las solemnes exequias funerales que todas las Corporaciones de Guanajuato hicieron a las cenizas de Hidalgo, Allende, Jiménez y Mina, las que después de honradas allí se depositaron en una urna y se entregaron a un oficial que con una gruesa escolta e itinerario de D. Nicolás Bravo, las conduce a esta Capital, y se hallarán a las solemne próxima presentación."


Sábado 13 de Septiembre de 1823. (Muchísima lluvia)



Hoy se ha fijado en el Congreso el ceremonial con que debe asistir la comisión del Congreso a los funerales con que serán honrados los héroes de la Patria, irán trece diputados y el presidente de la Comisión, darán la derecha al del Supremo Poder Ejecutivo. No puede darse mayor moderación. Se permite a la milicia cívica, que haga honores a los cadáveres de aquellos ilustres Generales."


Domingo 14 de Septiembre de 1823. (Nublado)

En el "Sol" se habla del recibimiento que en Querétaro se hizo con toda solemnidad a los venerables restos de Hidalgo, Allende, etc. los que se depositaron en el Cármen de aquella ciudad, y de allí siguieron su camino para México. Se dice que por todo él no han faltado indios y personas miserables, venidas de pueblos lejanos, que con vela en mano, han formado muchas leguas la procesión de estos hombres apreciables." (1)




Fuente:



Bustamante, Carlos María. Diario histórico de México. Primera Edición arreglada por Elías Amador. Tipografía de la Escuela de Artes y Oficios de la Penitenciaría, a cargo de J. Ortega. Zacatecas, 1896.




El paso del cortejo fúnebre por la parte más emblemática del Camino Real de Tierra Adentro

Uno de los tramos más emblemáticos en el Camino Real de Tierra Adentro es, a mi juicio, el que va de San Juan del Río hasta Tepji del Río, esta zona entreriana que conserva una singular belleza ha sido testigo del paso de cientos de viajeros que iban al norte con el ansia que sus minas ofrecían, por ende sus riquezas, algunos regresaban rumbo sur para llegar a la ciudad de México y de allí a Veracruz para embarcarse una vez "hecha la América", algunos no venían victoriosos, como fue el caso de muchos Jesuitas que pasaron por aquí a marchas forzadas para salir de inmedato de las posesiones de Ultramar de la Corona española, esta vez, en 1823, el Camino Real de Tierra Adentro fue testigo de el paso, a momentos, apoteósico, del carro fúnebre que transportaba las cenizas de los héroes de la Independencia.

Muchos títulos curiosos hemos estado leyendo, estos generados en plena ebullición del amor patrio una vez concluido el fallido Primer Imperio, títulos que se fueron dando debido a la necesidad de crear el panteón de los héroes de la nueva nación que se estaba formando: México. La fotografía que vemos son los vestigios del Camino Real que aun se conservan entre Polotitlán y Aculco, declarados, por cierto, Patrimonio de la Humanidad por UNESCO apenas el año pasado, (2010). Así pues, el tránsito de los "venerables restos", de los "gloriosos residuos" de los "campeones de la libertad", de los "genios de nuestra libertad" se da por esta, insisto, emblemática zona de México, entre el 7 y el 11 de septiembre de 1823, las fechas están aun un poco confusas.

Fue el 1 de septiembre que salieron de Guanajuato, según el itinerario oficial, rumbo al Xoconostle, distante 9 leguas, allí (o en Burras) pasaron la noche, al día siguiente continuaron 7 leguas rumbo a San Miguel el Grande donde se registró su paso el 2 y 3. Consultando la ruta del Camino Real en ese punto que nos ofrece Orozco y Berra en 1856, la escala posterior a San Miguel era en Riscos, al norte de Santa Rosa Jáuregui, distante 6 leguas, tal vez pernoctaron allí pues la noche del 4 no aparece registrada con laguna ceremonia oficial. 7 leguas más y llegarían a Querétaro, lugar en donde hubo una monumental recepción, el 5 pernoctan allí. Para el día 6 rcorrerían 3 leguas al Colorado y continuarían 7 leguas más para llegar a San Juan del Río, lugar donde hay otra magna recepción y oficios. El día 7 de septiembre enfilarían rumbo a Arroyozarco, pasando por San Antonio del Río (actual Polotitlán) y Ruano, recorrerían 10 leguas. No hay documento que certifique la pernocta.



El Camino Real continúa su rumbo sur hacia San Francisco Soyaniquilpan, a 5 leguas de distancia de Arroyozarco, dos leguas más y pasarían por la Hacienda de la Cañada, una legua más y cruzarían por el puente de Tautla, dos leguas más y llegarían a Tepeji del Río, el 8 pasarían la noche en ese sitio, tal vez el templo franciscano fue quien albergo los restos de Hidalgo, Allende, Aldama, Jiménez, Moreno y Mina. Al día siguiente continuarían a Cuautitlán a 7 leguas de distancia, lo cual significa que estarían allí la noche del 9 de septiembre de 1823, consecuentemente sería el 10 de septiembre la llegada a la Villa de Guadalupe, lugar en donde estaban ya preparados para hacer una de las funciones más grandes que se han efectuado en ese recinto mariano.


En esta fotografía vemos un portal de la Hacienda de Arroyozarco, quizá este aun no estaba levantado en el año del tránsito de los restos de los héroes, como quiera, nos da una idea muy clara de la belleza del lugar. La siguiente fotografía corresponde al Camino Real por la Hacienda de La Cañada.


Para el sábado 13 de septiembre Carlos María Bustamante anota en su Diario histórico de México, que hubo una lluvia excesiva ese día y dice que "en la tarde de hoy, ha llovido en términos de inundarse las principales calles e Iglesias de México, como San Francisco y Santa Isabel. Si se repite otro igual, somos perdidos". Esta nota nos hace pensar que tal vez el recorrido por lo que es el actual Estado de México se detuvo en algún punto dados los aguaceros que, seguramente habrán inundado algunas partes del Camino Real, pero esos datos no están registrados, es una mera suposición.


El puente en Tautla, en las cercanías de Tepeji del Río.




martes, 28 de junio de 2011

De los fusilados que no nos acordábamos, los de Durango, en 1812

A este punto del recorrido y la gran exaltación que hemos venido leyendo, hubo a lo largo del camino entre Guanajuato y la ciudad de México en 1823, estamos recordando que hubo en las inmediaciones de la capital de la Nueva Viscaya, Durango, la ejecución de los presbíteros y frailes que fueron aprehendidos junto a los Insurgentes en Acatita de Bajan el 21 de marzo de 1811. Ellos, por su carácter eclesiástico, fueron remitidos a la sede de la diócesis, en Durango: Mariano Balleza e Ignacio Hidalgo, sobrino de don Miguel (por cierto, la placa conmemorativa tiene un error, pues están confundiendo a Ignacio Hidalgo con Mariano Hidalgo, el primero sobrino, el segundo hermano de don Miguel y era éste el que se encargaba de la tesorería insurgente). Así como los frailes Bustamante, Medina, Conde y Jiménez. El monumento que vemos en la fotografía fue levantado a raíz de los festejos del Bicentenario de 2010.

"El diez y siete de julio de mil ochocientos doce, los Prbos. D. Ignacio Hidalgo y Muñoz y D. Mariano Balleza, clérigos seculares, Capn, el segundo de la Congregación de los Dolores, Domiciliario el primero el primo. del Obispado de Valladolid, fray Pedro Bustamante religioso mercedario de la Provincia de México y conventual de San Luis, fray Carlos Medina, religioso franciscano natural de Zacatecas, fray Bernardo Conde de la misma religión en la Provincia de Michoacán y fray Ignacio Ximénez también franciscano y Capn. de la Hacienda de Tetillas, en la citada provincia de Zacatecas, fueron por causa de insurrección, pasados por las armas la mañana de este día en el Rancho de San Juan de Dios de esta jurisdicción, y sepultados sus cadáveres en el Presbiterio de esta Parroquia, de limosna, con Vigilia y Misa, el día siguiente, que aplicó por sus almas el Reverendo Padre Guardián del Convento de San Francisco de Durango.



Y para que conste lo firmé. José Manuel García.

Una rúbrica.-


A petición de los Sres. Licenciados don Juan Hernández y Marín y D. Emiliano G. Saravia extiendo el presente certificado en el despacho de este Curato a mi cargo.



Curato del Santuario de Guadalupe de Durango.

Noviembre 6 de 1894." (1)





Fuente:



1.- Saravia, Anastasio G. Apuntes para la historia de la Nueva Vizcaya. UNAM. México, 1992


Las fotografías son propiedad de Aarón, tomadas del sitio:
http://suzukidr200.wordpress.com/2011/03/26/autoengano/

lunes, 27 de junio de 2011

Paso de los restos mortales de los héroes por San Juan del Río, Querétaro.

"La mañana del 6 de septiembre de 1823, salieron de Querétaro los restos mortales de los Héroes de la Independencia Nacional, con rumbo a México. Venían estos restos en cinco urnas fúnebres que contenían los cráneos de don Miguel Hidalgo y Costilla, de don Ignacio Allende y de don Mariano Jiménez; así como los restos de don Francisco Javier Mina y de don Pedro Moreno. [En la foto vemos la Parroquia de San Juan Bautista]

Llegaron al atardecer a San Juan del Río y al entrar al pueblo, fueron recibidos con solemnes dobles de campanas de los Templos del Hospital de San Juan de Dios, del Beaterio y de Santo Domingo. Con paso lento y silencio absoluto, fueron acompañados los restos por la toda la Calle Real hasta el Convento de Santo Domingo, donde quedaron depositados y fueron velados toda la noche. A su paso por la Calle Real, recibieron una lluvia de flores, que casi tapizó el piso terroso de la avenida. [En la foto vemos El Beatario]




Al siguiente día, el Ayuntamiento ordenó que en la Iglesia Parroquial se cantasen una misa y solemnes vigilias, a las que el Cuerpo Legislativo concurrió vestido de riguroso luto. Al ser conducidos los restos del convento de Santo Domingo a la Iglesia Parroquial, así como a su saluda para México, el pueblo en masa hizo demostraciones de inmensa gratitud, a los Héroes que nos dieron libertad. [La plaza frente a la Parroquia de San Juan y la de N.S. de Guadalupe]




Vemos ahora el Templo de Santo Domingo, ubicada en el Camino Real, lugar por donde entró el cortejo fúnebre que portaba los restos de los héroes. Allí pasarían la noche del 6 de septiembre, seguirían al día siguiente rumbo al actual Polotitlán, Arroyozarco y Tepeji. En alguna de estas dos últimas poblaciones fue donde pernoctarían el 7 de septiembre de 1823.


Fuente:

Rafael Ayala Echávarri, San Juan del Río, Geografía e Historia, México, Editorial Luz, 1971, p. 147.


Gracias, JLB por el dato!

El paso por Querétaro de los "primeros genios de nuestra libertad".

Comandancia general de Querétaro
Excelentísimo señor:


Si la historia de los tiempos recomienda a los pueblos que lloren sobre las tumbas de sus padres o libertadores, la agradecida Querétaro no fue menos sensible en los días de ayer y hoy al recibir en su seno las respetables cenizas de los primeros genios de nuestra libertad los excelentísimos señores don Miguel Hidalgo y Costilla, don Ignacio Allende, don Juan Aldama y don Francisco Javier Mina.

“En efecto, excelentísimo señor, tan luego como tuve noticia del próximo arribo de la urna en que descansan los restos de estos héroes desgraciados, me puse de acuerdo con el señor jefe político, excelentísima diputación provincial y muy ilustre Ayuntamiento y tomé todas las providencias que dictaron las circunstancias para disponer la entrada con toda solemnidad.

Con tal motivo previne que la artillería se situase en la alameda, que la infantería de la guarnición cubriera las calles, y que un grueso destacamento estuviera dispuesto en la garita para que se encargase de custodiar la urna.

En este estado tres cañonazos nos anunciaron su llegada a las diez de la mañana de ayer, las campanas de todos los templos empezaron a doblar y el cañón recordaba a pausas la triste memoria de los muertos.


De esta suerte la excelentísima diputación provincial y muy ilustre Ayuntamiento, con cuyas corporaciones me asocié pasaron a la capilla del camposanto de San Sebastián, donde se dirigieron al cielo los primeros ruegos por el descanso de estas víctimas.


De éste pasó la urna a la iglesia del Carmen, lugar en que esperaban todos los convidados, y de aquí con la mayor pompa fueron acompañadas las cenizas hasta la parroquia de Santiago, ocupados sus costados por cuatro jefes del ejército.



En el tránsito estaban colocadas varias posas en que se hicieron sus respectivos altos.


En la tarde de ayer se hicieron las fúnebres exequias, y en la mañana de hoy después de la misa fue acompañada la urna hasta la garita de México, con igual lucimiento que en el día anterior.

Este es el recibimiento que dio la noble y leal Querétaro a las cenizas de aquellos héroes inmortales.

El pueblo dio señas verdaderas de que sólo se ocupó en la contemplación y el dolor, y cada cual a porfía se esmeró en dar al acto todo el esplendor que era de justicia.

Lo participo a vuestra excelencia para que se sirva ponerlo en conocimiento del supremo poder ejecutivo.
Dios y libertad.

Querétaro, 6 de septiembre de 1823.—





Excelentísimo señor.—

Luis Cortazar.—

Excelentísimo señor ministro de guerra y marina.

Es copia.


México septiembre 10 de 1823.— Castro.”




(Gaceta del gobierno de México, del 13 de septiembre de 1823). (1)


Las 12 leguas que separan a San Miguel el Grande con Querétaro bien se pudieron cubrir en una jornada, sabemos que de San Miguel salieron el día 3 de septiembre, ese mismo día llegarían a Querétaro, tal vez se depositaron esa noche, pero, según lo dice el parte, "a las diez de la mañana de ayer", esto significa que la llegada fue el día 5, entonces surge una vez más la duda, si se quedaron el 3 y 4 en San Miguel o en Puerto de Nieto, que sería la escala más lógica en el camino.



Fuente:


J. E. Hernández y Dávalos. Historia de la Guerra de Independencia de México. Seis tomos. Primera edición 1877, José M. Sandoval, impresor. Edición facsimilar 1985. Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana. Comisión Nacional para las Celebraciones del 175 Aniversario de la Independencia Nacional y 75 Aniversario de la Revolución Mexicana. Edición 2007. Universidad Nacional Autónoma de México. Número 254, Tomo II.

Versión digitalizada por la UNAM:
http://www.pim.unam.mx/catalogos/juanhdzc.html

Las fotografías que acompañan este artículo las tomé del sitio:
http://www.aquiqueretaro.com/introgaleria.htm

viernes, 24 de junio de 2011

Paso del cortejo fúnebre por San Miguel el Grande, 2 y 3 de Septiembre de 1823.

Ceremonial dispuesto por el ilustre Ayuntamiento de la villa de San Miguel el Grande en las exequias de las reliquias de los primeros héroes y mártires de la libertad mexicana “Primeramente se anunciará con anticipación al público por medio de rotulones, para que en los días 2 y 3 del corriente unan sus votos los habitantes de esta villa con los ministros del santuario, en sufragio de las almas de los que tan heroicamente se sacrificaron en defensa de su patria.

Tan luego que se aviste la escolta y comitiva que conduce la urna, que será el 2 del que rige, hará seña esta santa iglesia parroquial, con un doble solemne, a que corresponderán los demás conventos e iglesias, oficiándose al efecto a los señores curas y prelados.


Al mismo tiempo marcharán 50 dragones con sus tenientes don Ángel Alcante y don Antonio Agesta, al mando del oficial de mayor graduación que señale el comandante de la plaza; dirigiéndose por el camino de Guanajuato hasta encontrar la urna a media legua de distancia.

Nombrada por este Ayuntamiento una diputación que pase hasta el punto de Belarde a recibir la urna, marcharán hacia él 60 infantes cívicos, en donde a la llegada de la urna se reunirán con las tropas que la escoltan, y batiendo marcha acompañarán la comitiva, haciendo pausa en la esquina de Alvenis, para que tomando allí la urna ocho individuos del Ayuntamiento, la lleven en hombros hasta depositarla en el convento de religiosas de la Purísima Concepción.

Quedará allí una compañía de infantes que custodiará tan apreciables reliquias, y poniendo a los costados de la urna dos centinelas, se dará por recibido de ella el Ayuntamiento, tomando de oficial conductor la llave respectiva.

Cesará todo toque de campanas, y solo harán un doble general cada diez minutos hasta las cuatro de la tarde, en que seguirán los clamores sin intermisión.

Se oficiará a todas las corporaciones tanto civiles, militares y políticas, como a los vecinos de distinción de esta villa, para que a las tres y media de la tarde del día 2 acompañen de luto al ilustrísimo Ayuntamiento que saldrá procesionalmente bajo de mazas para el convento de la Purísima Concepción.

Se dirigirá a la propia iglesia el venerable clero, precedido del señor cura que irá de capa acompañándolo de dalmáticas el juez eclesiástico y sacristán mayor, entonándose a su llegada un responso a toda orquesta.

Las calles del tránsito, que serán las de la Santísima Trinidad, plaza mayor y San Francisco, estarán regadas con ramos cortos de ciprés.


Concluido el responso en el convento de la Concepción, cargarán la urna cuatro eclesiásticos que turnarán con otros tantos individuos del Ayuntamiento, hasta llegar al primer arco del cementerio de la iglesia de San Francisco, en donde el reverendo padre guardián recibirá con capa la comitiva en unión de la venerable congregación de oratorio de San Felipe Neri.

Las tropas marcharán conforme a ordenanza y al llegar la procesión a San Francisco, hará la artillería una descarga de quince cañonazos en honor de los ilustres campeones cuya memoria se recuerda.

Preparada una majestuosa tumba con insignias y alegorías análogas a tan fúnebre objeto, se colocará en ella la urna, celebrándose enseguida el debido oficio de difuntos.

Concluido, se retirará la comitiva, quedando de escolta una compañía de infantes en los mismos términos que se dispuso en la iglesia de la Concepción, suspendiéndose los dobles que sólo se darán cada cuarto de hora hasta las nueve de la noche.

A las cuatro de la mañana del día 3 seguirán los dobles cada cuarto de hora hasta las nueve en que reunida la propia comitiva y tropa, se solemnizará la vigilia y misa de difuntos en San Francisco, celebrándola el señor cura y reverendos padres prepósito de San Felipe y guardián de San Francisco.


En todo este tiempo seguirán los dobles en la suspensión del rito, y manteniéndose la tropa en formación hará la artillería una descarga de quince cañonazos.

Concluida la misa pronunciará una oración fúnebre en honor y memoria de dichos héroes, el presbítero don Nicolás Incapié, y saliendo después cinco revestidos, se cantarán otros tantos solemnes responsos.

Terminada tan fúnebre como debida demostración se bajará la urna de la pira y la llevarán en hombros cuatro eclesiásticos hasta el cementerio en donde la tomarán después cuatro oficiales hasta la esquina del convento de Santo Domingo, acompañados de toda la comitiva, en cuyo punto se retirará después de haber entregado la llave el presidente del Ayuntamiento al comandante de la tropa que la conduce y en sensible y respetuosa despedida hará la última descarga la artillería con quince cañonazos.

San Miguel el Grande, 29 de agosto de 1823.

(Gaceta del gobierno del 18 de septiembre de 1823).”


Fuente:

J. E. Hernández y Dávalos. Historia de la Guerra de Independencia de México. Seis tomos. Primera edición 1877, José M. Sandoval, impresor. Edición facsimilar 1985. Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana. Comisión Nacional para las Celebraciones del 175 Aniversario de la Independencia Nacional y 75 Aniversario de la Revolución Mexicana. Edición 2007. Universidad Nacional Autónoma de México.



Versión digitalizada por la UNAM:
http://www.pim.unam.mx/catalogos/juanhdzc.html


1 de septiembre de 1823 ¿dónde habrán pernoctado los restos de Hidalgo?

La Hacienda de Burras o San José de Llanos, se encuentra a unos 15 kilómetros al suroeste de Guanajuato, en dirección contraria a El Xoconostle, luagar en el que, según el itinerario, sería el siguiente punto por donde pasaría el carruaje con los restos de los héores "Campeones de la Libertad". De lo que documenta Hernández y Dávalos en su Colección de Documentos, existen las relaciones de los recibimientos y ceremoniales realizados el 31 de agosto y 1 de septiembre por la mañana en Guanajuato, luego aparece el siguiente documento en donde dice de la recepción que hubo a la llegada de los restos a San Miguel el Grande, esto, el día 2. Surge la duda de en donde fue la pernocta de la noche del día 1 de septiembre.

Recuerdo haber leído por alguna parte que al salir de Guanajuato, comenzó una tormenta de tal magnitud que hubo la necesidad de refugiarse en la Hacienda de Burras y que allí se mantuvieron los restos de Hidalgo en velación en la capilla de la Hacienda. Lamentablemente no recuerdo el autor de ese relato. Por otro lado, hay la versión de don José Rojas Garcidueñas que dice la posibilidad de que esa noche la comitiva haya dormido en Salamanca para continuar muy temprano a San Miguel el Grande. Cualquiera de estos dos puntos, en caso de que se hayan tomado, se alejan un poco de la ruta más corta, aunque, si consideramos que la tormenta haya sido fuerte, es creíble que hayan buscado resguardo en Burras. La duda está.


De acuerdo al itineraro entregado a Luna, el custodio de la llave y los cráneos de los héroes, debería pernoctar en la Hacienda del Xoconostle pero de ese hecho documentos no hay. Las fotografías fueron tomadas en la Hacienda de Burras cuando se estaban haciendo los trabajos de restauración para los festejos del Bicentenario.


31 de agosto de 1823, la exhumación de los cráneos de los ilustres y beneméritos.

Relación de la función que la ciudad de Guanajuato hizo en los días 31 de agosto y 1 de septiembre de 1823 a las reliquias de los primeros mártires de la independencia y libertad mexicana, que de orden del supremo gobierno se han exhumado para dirigirlas a la capital, según el decreto del soberano congreso.

“A las cinco de la tarde del día 31 salieron de las casas consistoriales la excelentísima diputación, ilustre Ayuntamiento y jefe político, acompañados de todos los empleados públicos y demás personas distinguidas de la ciudad que fueron convidadas, y en medio de un numeroso pueblo se dirigieron a la ermita de San Sebastián.

A su llegada dio la señal el cañon y se exhumaron los cráneos de los ilustres y beneméritos Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez; los que se colocaron en una urna.

La comitiva estaba colocada en el mejor orden.

Abría ésta un número considerable del pueblo con cirios encendidos.

Dos miembros de la excelentísima diputación, dos del ilustre Ayuntamiento y dos oficiales conducían el féretro; por letras se veían colocados en dos alas, todos los empleados públicos y demás convidados, cerrando la marcha el ilustre Ayuntamiento, excelentísima diputación, y el jefe político, escoltados por la tropa que guarnece esta ciudad y la música del regimiento de infantería número 1, que al instante vino de León.

Los balcones y azoteas de todo el tránsito estaban coronados de multitud de gente que había acudido a dar los últimos adioses a los padres de su libertad, y el silencio del dolor que se veía pintado en sus semblantes, era la prueba más auténtica de la veneración y respeto que inspiraron los restos de aquellos mártires.


En este orden se dirigieron a la iglesia parroquial donde entraron ya al anochecer a la luz de muchas antorchas; allí se hicieron las ceremonias del ritual y quedaron depositados con las huesas de los beneméritos Mina y Moreno, que habían sido conducidos de antemano de los campos en que los sepultó la fiera mano del despotismo, colocándose en un suntuoso túmulo que estaba dispuesto en medio de la iglesia con grande aparato, y quedando custodiados por la tropa que se destinó al efecto.

A las nueve de la mañana del día 1 de septiembre, salió de las casas consistoriales el mismo cortejo, para la iglesia parroquial, donde se cantó una solemne vigilia y misa.


Concluida la función se dirigió toda la comitiva al Pardo, en cuyo sitio esperaba la escolta que había remitido el excelentísimo señor general don Nicolás Bravo.

Allí el jefe político puso en manos del oficial conductor don Carlos Luna, la llave de la urna, el oficio de remisión para el excelentísimo señor secretario de Estado, y el itinerario e instrucciones que debía observar en su derrotero.

Después de este acto todos los convidados acompañaron a las autoridades hasta las casas consistoriales, en donde se hizo la despedida en toda forma.”

(El Sol, número 89, del día 11 de septiembre de 1823.)


Fuente:

J. E. Hernández y Dávalos. Historia de la Guerra de Independencia de México. Seis tomos. Primera edición 1877, José M. Sandoval, impresor. Edición facsimilar 1985. Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana. Comisión Nacional para las Celebraciones del 175 Aniversario de la Independencia Nacional y 75 Aniversario de la Revolución Mexicana. Edición 2007. Universidad Nacional Autónoma de México. # 254, Tomo II.



Versión digitalizada por la UNAM:

http://www.pim.unam.mx/catalogos/juanhdzc.html



Julio 19 de 1823, son declarados Beneméritos de la Patria con grado heróico los campeones de la libertad.

Dos años habrían de pasar en que luego del traslado de los cráneos de Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez, fueran bajados de la Alhóndiga de Granaditas y sepultados en el panteón de San Sebastián en Guanajuato, vendría luego la instauración del fallido Primer Imperio Mexicano, sucedido por el Gobierno provisional de México (1823-1824), cuyo III Triunvirato, encabezado por José Mariano Michelena, Miguel Domínguez, (el Corregidor que participara en las conspiraciones de Querétaro) y Vicente Guerrero cuando el 19 de julio el Congreso expidió el decreto declarando “buenos y meritorios los servicios hechos a la patria en los once años primeros de la guerra de independencia y beneméritos en grado heroico a Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Juan Aldama, Mariano Abasolo, José María Morelos, Mariano Matamoros, Leonardo y Miguel Bravo, Hermenegildo Galeana, José Mariano Jiménez, Xavier Mina, Pedro Moreno y Víctor Rosales”, se mandó escribir con letras de oros esos nombres en el salón del Congreso, se ordenaron levantar monumentos conmemorativos en los lugares en que fueron ejecutados. Se exhumaron sus restos, para que el día 16 de septiembre de 1823 se trasladaran desde puntos muy distantes a la Catedral de México.

A partir de ese momento comienzan a hacerse los arreglos correspondientes para el traslado de los "respetables residuos", los "venerables restos"; y así, el 25 de agosto de 1823 se establece la ruta a seguir desde Guanajuato hasta México.


(Ref. # 3433) Secretaría de la Exma. Diputación Provincial de Guanajuato: Itinerario qe. deve seguir desde esta capital hasta la de Mejico el Oficial Comandante de la escolta qe. ha de custodiar la Urna en qe. se contienen los respetables residuos de los primeros campeones de la Libertad. Guanajuato, Unsigned. 1 l. Route: Toconostle, San Miguel el Grande, Los Ricos, Querétaro, El Colorado, San Juan del Río, San Antonio del Río, Arroyo Sarco, San Francisco, Tepeje, Cuautitlán, Nuestra Señora de Guadalupe, and Mexico".


Para el 29 de agosto se contrata al destacado escultor de la Academia de San Carlos, Pedro Patiño Ixtolinque para el diseño y construcción de la carroza en la que se trasladarán los restos en las solemnidades que se planean hacer en la ciudad de México.


(Ref. # 3425) Molinos del Campo, Francisco: [Carta del Gobierno Político Superior al Ministro de Relaciones sobre la entrega de quinientos pesos a Pedro Patiño para continuar el carro fúnebre en que han de conducirse las cenizas de los héroes de la Patria.] Mexico, LS. 1 l. With marginal note, signed with rubric of Alamán, approving the plan. 29 August, 1823.


(3426) [Ministro de Relaciones:] [Borrador de oficio al Ministro de Hacienda y al Jefe Político aprobando la entrega de dinero a Pedro Patiño.] Rubric. August 29, 1823. 1 l. 15 × 21 cm.

El artista Pedro Patiño había tenido ya contacto con los héroes muertos, fue él quien se encargó de realizar la máscara funeraria de Morelos, más adelante sería el encargado de realizar el monumento también de Moreles, cuyas esculturas que representan a América y Europa vemos en las fotografías, la primera muestra las originales y las dos siguientes son las que se exhibieron en la Expo Bicentenario de Guanajuato.


Para el 29 de agosto de 1823 se habían reunido ya los restos de los otros héroes ejecutados en el estado de Guanajuato.


(Ref #3431) Cortazar, Manuel de: [Oficio al Secretario de Estado y del Despacho de Relaciones sobre la exhumación de los restos de los héroes de la patria.] Guanajuato, LS. 1 l. Reference to: Remains of Hidalgo, Allende, Aldama, and Jiménez to be moved from cemetery of Church of San Sebastián; remains of Moreno from the Hacienda de la Tlachiquera, with skull of Lagos; remains of Mina from Pénjamo, campo de San Gregorio. August 29, 1823. Printed: SBA, XIV, Doc. iii, 401-403; HDC. II, Doc. 3, p. 608.


El día 1 de septiembre saldrían los restos de los héroes concentrados en Guanajuato rumbo a la ciudad de México, se asigna al Teniente Carlos de Luna como custodio de los mismos.


(Ref #3428) Cortazar, Manuel de: [Carta al Secretario de Estado y del Despacho de Relaciones acreditando al teniente don Carlos de Luna como portador de las cenizas de los héroes y la llave de la urna.] Guanajuato, LS. 1 l. Reference to: Hidalgo, Allende, Aldama, Jiménez, Mina, and Moreno. September 1, 1823.


(3432) [Molinos Campo, Francisco:] [Oficio al Jefe Político de Guanajuato, acusando recibo de carta sobre traslación de los restos de los héroes.] Rubric. 1 l. With note on copy for Jefe Político de esta Corte, signed with unidentified rubric. September 3, 1823.

Salieron pues, de Guanajuato, el 1 de septiembre de 1823, los restos de los héroes mencionados, en México se estaba preparando ya todo el ceremonial con el que se honraría su memoria, allá también se reunirían con los restos que de otras partes del país llegarían.


Las transcripciones que aparecen aquí han sido tomadas de los Catálogos de la Benson Latin American Collection, están las referencias a los papeles de la Colección Hernández y Dávalos. Hay ahí un expediente que se llama "Sobre la conduccion de los huesos de los primeros libertadores de la patria a esta corte".




Agradezco a Javier Lara Bayón el que me haya proporcionado los datos que aparecen en el Catálogo.

martes, 21 de junio de 2011

Traslado de la cabeza de Hidalgo al panteón de San Sebastián, 1821.

Al iniciar el año de 1821 la guerra de Independencia estaba llegando a su fin, poco a poco las ciudades del centro del país son tomadas por las tropas insurgentes, en Guanajuato es el 24 de marzo que Anastacio Bustamante junto a Luis de Cortazar se apoderan de ella, a los pocos días Anastasio Bustamante hace retirar las cabezas que aun colgaban dentro de las jaulas colocadas en las cuatro esquinas de la Alhóndiga de Granaditas. A pesar que justo enfrente de la alhóndiga existía el panteón de Belén, lugar a donde fueron enterrados muchos de los fallecidos en la toma de Granaditas, seguramente el panteón estaba lleno para 1821, luego de haber sido Guanajuato escenario de tantos enfrentamientos. Así pues, las calaveras serían depositadas, en el panteón de San Sebastián.


Lo que vemos ahora al fondo, es el Cenotafio que en la actualidad existe y que nos recuerda que fue allí en donde estuvieron enterradas poco más de dos años las calaveras de los cuatro héroes de la Independencia: Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez. Originalmente, como sucedió durante tres siglos y medio, los panteones estaban junto a las iglesias, en este caso, junto al templo de San Sebastián ya que eran los panteones administrados por la Iglesia. A consecuencia de las Leyes de Reforma, específicamente la Ley de Desamortización o Ley Lerdo, en 1860 los panteones pasan a ser administrados por el estado, se crea el Registro Civil.


Los panteones son clausurados, San Sebastián no es la excepción, solo que allí ocurrió algo que, en buena medida se convirtió en moda a mitad del siglo XIX, se levantaron los cenotafios, para recordar la memoria de algún ser ya desaparecido. Es así que uno de los clubes sociales, Los Leones, construye en 1958 el cenotafio que en la actualidad existe, ya que fue el 31 de agosto de 1823, una vez consumada la Independencia, que se exhumaron las calaveras que se juntaron a sus cuerpos respectivos y se enviaron a la ciudad de México.


Del recorrido que siguieron ya no solo la cabeza de Hidalgo, sino también el resto del esqueleto daremos cuenta más adelante. Allí comprobaremos que la suerte de don Miguel Hidalgo y Costilla era la de continuar viajando, aun luego de su muerte. Sus huesos no pararían de moverse durante muchos años más.




lunes, 20 de junio de 2011

2 de julio de 1812, traslado de la cabeza de Hidalgo a la Alhóndiga de Granaditas

La tensión que había en el Bajío, los movimientos insurgentes que se levantaban en las distintas poblaciones cercanas a Guanajuato, especialmente en Salamanca y Valle de Santiago; esto hizo cambiar el plan de Calleja de enviar la cabeza de Hidalgo a Dolores y la de Allende y Aldama a San Miguel el Grande; la de Jiménez se quedaría en Guanajuato, aunque, sigo insistiendo en que más bien se hubiera enviado a San Luis Potosí, quizá sea que él, Jiménez, se adhirió al movimiento Insurgente precisamente en Guanajuato, tal vez sea esa la razón; como quiera hubo que cambiar el plan original, las cabezas se quedarían desde el 14 de octubre de 1811 hasta el 2 de julio de 1812 en la Plaza Mayor, luego irían a parar a las cuatro esquinas de la Alhóndiga de Granaditas.


CERTIFICACIÓN JOSÉ YGNACIO ROCHA,
Escribano de Cámara,
Certifico :

Que en virtud del presedente Sup.or Oficio del Sor. General de Campo, Don Félix Calleja, dispuso el Sor. Don Fernando Pérez Marañon, Yntendente Corregidor y Comandante de Armas de esta Provincia, que las quatro Cabesas que en el se expresan, se pusiesen en la Alhondiga principal de esta Ciudad, á (sic) lo que asi se verificó en los quatro ángulos de ella, en competente elevación, colocadas dentro de unas Jaulillas de fierro, pendientes estas de varillas de lo mismo, al buelo, poniendo baxo de cada una el apellido que le corresponde, y á un costado de dicha Al(h)ondiga, como parage mas transitable y visible del Público, y en regular altura, con Letras grandes y al oleo, se puso la Ynscripcion siguiente :

INSCRIPCIÓN:

Las Cabezas De Miguel Hidalgo, Ygnacio Allende, Juan Aldama y Mariano Ximenez Ynsignes facinerosos, y primeros Caudillos DE LA Yn SURRECCIÓN QUE ROBARON LOS BIENES DEL CULTO DE DlOS Y el Real Erario Saquearon y arruinaron las Casas y Haciendas Derramaron con la mayor atrocidad La inocente Sangre. De Sacerdotes fieles, y Magistrados justos De sus Conciudadanos, amigos, y Parientes Arrojaron por las Calles y los Campos Desnudos, insepultos, y para pasto de las fieras los venerables cada veres De aquellas víctimas de su furor Ahuyentaron á los Prelados de sus Yglesias Rebelaron contra las legítimas Potestades Divina y Humana Para sustituir la impiedad, desolación, y anarquía Aquí Clavadas. Por mandado del Señor General Don Félix María Calleja del Rey Ylustre Vencedor De Aculco, Guanaxuato y Calderón Y Restaurador de la America Serán el testimonio de la Justicia Y el Escarmiento De los Impíos, Traidores, Rebeldes, Ladrones y Acesinos Y para que conste, de orden verbal de su Sria. siento la presente en Guanaxuato á dos dias del mes de Julio del año de mil ochocientos doce, siendo testigos Don José María Guarez (sic), Don José Manuel López y Don José María Jurado, de esta vecindad.

JOSÉ IGNACIO ROCHA (1)

"Si bien, las cabezas deberían servir como escarnio al pueblo, lo cierto es que también servirán para que quienes llegaran después tuvieran muy en claro la natualeza de la empresa que habían comenzado nuestros primeros próceres y que para consumarla solamente cabían dos posiblidades: vencer o morir. Así para finalizar, solamente resta hacer votos por la Independencia y renovar nuestros ya tradicionales vivas para quienes a pesar -o mejor dicho con- sus muertes vencieron: ¡Vivan los héroes que nos dieron patria y libertad!" (2)


Fuente:


1.- Los procesos militar e inquisitoiral del Padre Hidalgo y de otros caudillos Insurgentes. Introducción y suplementos de Luis González Obregón. Librería Navarro. México, 1951.

2.- Las proclamas y procesos de los primeros caudillos de la Independencia: La causa de Ignacio Allende y los casos de Juan Aldama y Jose Mariano Jiménez.