Mucho se ha discutido sobre el camino exacto por el que pasó el cura Hidalgo luego de dar el Grito y comenzar así el movimiento de insurrección, luego de lo re-dicho y lo re-escrito como consecuencia de los festejos del Bicentenario, no se logra definir totalmente esa Ruta de Hidalgo, uno de los tramos en el que más dudas hay es el seguido luego de la derrota de Puente de Calderón y la entrada en lo que actualmente es el Estado de Aguascalientes. En mitad de estos dos puntos se ubica el cañón de Juchipila, impresionante depresión de la Sierra Madre Occidental que, para cruzarlo es necesario muy buen equipo y un excelente guía que conozca a la perfección los caminos y las dificultades que por ahí se pueden encontrar. Manuel J. Aguirre, teocaltichense apasionado de la historia regional escribe el respecto:
"No se tienen noticias exactas con respecto a la participación de Teocaltiche en la Guerra de Independencia; solamente documentos aislados y de escasa importancia hemos conseguido, de los que la casualidad escapara de los archivos en poder de las familias tradicionales que por una u otra causa los destruyeran o emigraran; los del Ayuntamiento fueron incendiados en 1913, por las hordas vandálicas de Elías Esqueda, y que pudo haber documentos importantes de entonces, lo probaron pequeños fragmentos de algunos de esa época, que encontré entre las cenizas del Palacio Municipal entonces destruidos.
"Por tradición también se sabe que muy al principio de la Guerra de Independencia, en una entrada de los Insurgentes a Teocaltiche, degollaron algunos españoles, entre quienes se encontraron don Juan José y don Miguel González Laris, don Ramón Ordorica, (ancestro del mismo nombre y apellido, que figurara prominentemente en el Partido Liberal, en el último tercio del siglo XIX) un señor Morán y otros. Que el acto tuvo lugar en donde se forma la plazoleta del hoy cruce de las calles Ramón Corona y Prisciliano Sánchez. Esto dio lugar para que los jóvenes Mariano y Eduardo, González Laris, hijos de don Juan José, para vengar la muerte de su padre y su hermano, tomaran parte en el ejército realista, en la corporación que mandaba el coronel don Pedro Celestino Negrete, donde llegaron a figurar prominentemente, cuando el 13 de junio de 1821, ese Jefe se adhirió en San Pedro Tlaquepaque, al Plan de Iguala, que consumó la Independencia.
"Tras la degollina que hicieron los Insurgentes, entraron fuerzas de Calleja a Teocaltiche, tocando a degüello. Aunque solamente tres semanas después de que Hidalgo se levantara en Dolores, el 8 de octubre de 1810, don Daniel Camarena, de 31 años de edad, se levantó por la Independencia, proclamándola en la esquina noreste de la Plaza de Armas en Nochistlán, Zac., con un grupo que lo secundó, se apoderó de los fondos virreinales y de algunos españoles residentes, que se llevó de rehenes sin causarles daño, marchando hacia la Sierra Madre, por el Cañón de Juchipila, en cuyas inmediaciones estuvo operando sin haber avanzado hacia Teocaltiche. Poco después capturó al Intendente de Zacatecas, que se dirigía a Guadalajara, don Francisco Rendón que se lo entregó personalmente a don Miguel Hidalgo en Guadalajara, luego de la entrada triunfal del caudillo en la capital de la Nueva Galicia.
"Camarena tomó parte en la desastrosa batalla de Puente de Calderón, y después de esa desgraciada acción, sirvió de guía al Padre de la Patria en su huida hacia la hacienda de Pabellón, en donde en la Junta de Guerra allí efectuada, fue desposeído del mando supremo del Ejército Insurgente. Hemos llegado aquí a un importante punto de la Historia de México, que creo haber tenido la suerte de dilucidar, ya que muchos historiadores o no han podido, o lo ha tergiversado, al limitarse a hacer historia de gabinete. Es el caso, que cuando en 1959-60, formé con don Luis Pérez Brotchie y don Benito Torres González, la Comisión que tuvo la suerte de localizar con precisión los sitios primeros y tercero de las Fundaciones de Guadalajara, que totalmente se habían perdido en el transcurso de más de cuatro siglos, puede recoger algunas tradiciones sobre el paso de don Miguel Hidalgo, por esa región, el día y la noche del 17 al 18 de enero de 1811.
"Pude investigar que Hidalgo en la desbandada de su Ejército, huyó solo con brevísima escolta, por el poniente del campo de batalla, hacia la Barranca del Río Verde, pasando por la Hacienda de las Calabazas, en donde él y sus hombres, que no habían comido, tomaron por todo alimento, unos aguacates, tramontó el Río Verde llegando a Cuquío, alojándose por breves horas en una casa que actualmente se ostenta una placa conmemorativa, pues muy de madrugada salió, y aquí viene precisamente la aclaración, pues buscando siempre terreno sinuoso y fácil de ocultarse, siguió hacia el Poniente, acompañado de don Daniel Camarena, muy conocedor de la zona, por haber sido precisamente allí su campo de operaciones para entrar a las barrancas que forman el largo Cañón de Juchipila, bajando por el Rancho de las Cruces; no por el Puerto de las Cruces que está Bajaron así hasta las riveras del Río de Juchipila, deteniéndose en un lugar llamado "El Campamento" y de allí siguieron por Moyahua y Juchipila, por la demás ruta conocida y aceptada por todos, pero es preciso que quede aquí asentado el punto obscuro entre Cuquío y Moyahua, en que difieren algunos, que aun pretenden su paso por Yahualica, luego de Cuquío, cosa inexactaentre Nochistlán y Juchipila, varias leguas al Norte con el que han confundido algunos historiadores.
"Después de escoltar Camarena a Hidalgo hasta Pabellón, se volvió a sus antiguas madrigueras para seguir luchando, pero al quedar con solo unos cuantos hombres, fue denunciado por don Antonio Garcilazo, siendo capturado el 16 de febrero de 1811. Ya prisionero, fue pasado por Teocaltiche con rumbo a San Juan de los Lagos, guarnecida por fuerzas de Calleja, que lo trasladaron a Lagos y fue juzgado sumariamente y sentenciado a muerte, se cumplió el veredicto en la Plazuela de San Felipe de la misma población, el día 22 del mismo mes y año. Su cadáver fue llevado al lugar denominado "Cerritos" donde permaneció colgado más de un mes, hasta que el Cura de Lagos, don Manuel Jáuregui, lo recogió para darle cristiana sepultura. El cura don José Pablo Calvillo, que operó en vasta extensión de los hoy estados de Zacatecas, Aguascalientes y Jalisco, y había sido cura de Huajúcar, hoy Calvillo, en honor de dicho héroe, vengó la muerte de Camarena, mandando degollar a quienes lo denunciaron, aprehendieron y entregaron a los realistas.
"Hay noticias de que a principios de la insurrección, se sucedían incursiones de los insurgentes unas a otras en Teocaltiche, y seguramente que el pueblo respondió a su llamado, si se toma en cosideración las terribles represalias tomadas por los realistas pues, según afirma en sus "Memorias" el licenciado don Victoriano Salado Álvarez, "El Cura Chicharronero" (por que había quemado vivos a unos insurgentes don Manuel Alvarez, un realista muy cruel) quemó el lugar y expulsó sin piedad a los moradores en 1811. Y gran parte emigraron para Aguascalientes". Este dicho cura después de varios años de campaña, fue hecho Canónigo de la Catedral de Durango, seguramente en premio de sus hazañas por el Gobierno Virreinal.
"Entre los jefes insurgentes de que se tienen noticias exactas que estuvieron en Teocaltiche, se hallan don Rafael Iriarte, el padre don José Pablo Calvillo; Oropeza y otros. la culta dama doña Rosita Álvarez, me afirmaba en conversaciones conmigo, ser cierta la noticia de que los insurgentes mataron algunos españoles, y en represalia, los realistas trataban de diezmar la población a degüello, de lo que se libró gracias a los insistentes ruegos de unos sacerdotes, aunque siempre perdiendo algunos de sus hijos. También el famoso guerrillero Albino García, cuando estuvo en Aguascalientes y Encarnación, pero no tocó Teocaltiche, según lo he confirmado". (1)
En resumen, Manuel J. Aguirre, reconocido escritor teocaltichense, afirma que por aquí no pasó Hidalgo, como algunos aseguran y ratifica que la Ruta que siguió fue de Cuquío a Moyahua, cruzando por el rancho de Las Cruces hasta llegar al Campamento.
Fuente:
1.- Aguirre, Manuel J. Ensayo histórico de Teocaltiche. B. Costa-Amic, Editor. México, 1971. pp.163-166