Hace más de un año terminaron los festejos del Bicentenario y acabó, para la gran mayoría de los mexicanos la euforia por los héroes patrios. Las sobremesas que el tema causó han cambiado ya de temática, lamentablemente la masa esta sujeta a eso: los medios masivos de comunicación, entiéndase televisión. Lo bueno que nos dejó el Bicentenario es que en los listados de nombres, solo nombres, el de mujeres pasó de solo dos a cuatro. Eso es un triunfo pues representa el incremento del 100%. Ahora el grueso de la población no solo sabe de la participación femenina durante la Independencia de Josefa Ortíz de Domínguez y de Leona Vicario; ahora incluyen a Gertrudis Bocanegra y a La güera Rodríguez.. quizá para cuando se cumpla el Mileno de la Independencia le pongamos nombre y apellido a todas las mujeres, muchas, que participaron activamente durante los once años que duró el periodo que históricamente conocemos como la Guerra de Independencia.
Hay una serie de pasajes que me llaman la atención, relacionado a la participación femenina activa en esta guerra, fue hacia 1817 y se desarrolló debido a la llegada del navarro Xavier Mina, quien venía no a pelear contra los españoles sino, en contra de la tiranía del rey de los españoles, según lo manifestó desde su llegada a la que aun se le denominaba la Nueva España. El sur del actual Tamaulipas, parte de San Luis Potosí, un poco de Zacatecas y, sobre todo, el estado de Guanajuato fueron los escenarios en donde el caudillo español trajo esa nueva fuerza para avivar el movimiento insurgente.
En esta semana que está por comenzar recordaremos que, el 11 de noviembre de 1817 a las 16:00 horas fue fusilado Xavier Mina, sus seguidores, algunos extranjeros (franceses, ingleses, norteamericanos, colombianos, haitianos un suizo y un par de italianos) y muchos mexicanos mantuvieron, luego de la muerte del general, una feraz lucha contra los realistas. Cinco días después, el 16 de noviembre, "los realistas se adelantaron con gran decisión, aunque estaban expuestos a un molesto fuego de fusil y metralla y a la lluvia de armas arrojadizas que les lanzaban los paisanos y las mujeres, las que sin preocuparse por el peligro se subieron a las murallas con sus delantales y canastas llenos de piedras, que arrojaban a los sorprendidos asaltantes..." (1)
La resistencia duró algunos días más, el vil y cobarde padre José Antonio Torres no entregó todos los víveres necesarios para que los insurgentes pudieran continuar la defensa, fue entonces que "
muchas mujeres fueron hechas prisioneras y la delicadeza nos impide manchar nuestras páginas con los pormenores del trato que recibieron..." (2) así lo anota William Davis Robinson en sus Memorias. La pregunta salta a la vista ¿qué atrocidades se habrán cometido en contra de ellas? Datos difíciles de encontrar, sin embargo José María Liceaga da cuenta de algo:
"Con la luz del día siguiente se descubrieron los que habían quedado ocultos, y los que iban por la llanura, y en todos ellos se hizo una horrorosa carnicería. Cruz Arroyo, fue sacado del sitio, en que estaba oculto, y atravesado con las bayonetas. También perecieron el capitán Crooker, y el Dr. Hennessey, Novoa que por encargo de Mina dirigía las operaciones para la defensa del cerro de San Gregorio, y Muñiz, fueron aprehendidos, e inmediatamente fusilados; de manera, que de toda esta matanza, solo pudo escapar el padre Torres, con los muy pocos que lo seguían, y unos cuantos de los que desembarcaron con el referido Mina. Las hermanas del eclesiástico, que se acaba de nombrar, y la familia Borja, fueron llevados a las poblaciones que estaban sujetas a los realistas, y las mujeres del común, después de haberlas rapado a navaja, las mandaron poner en libertad". (3)
Fuentes:
1.- Robinson, Williams Davis. Memorias de la revolución mexicana. Traducción y notas de Virginia Gueda. UNAM. México, 2003
2.- Robinson, Williams... op cit
3.- Liceaga, José María. Adiciones y rectificaciones a la Historia de México. Copia fascicular. Comisión Nacional para las Celebraciones del 175 Aniversario de la Independencia Nacional. INEHRM, México, 1985.