Larga fue la jornada del día 17 de noviembre de 1810. La salida del ejército Insurgente con Hidalgo a la cabeza cruzó varios poblados de Michoacán luego de dejar Valladolid. Continuó por Itzícuaro, Cuto y Coro llegando antes de caer el sol a Teremendo, población de indios tarasco que guardaban sus ancestrales costumbres.
Teremendo con ese fuerte carácter que imprimen las poblaciones indígenas sigue aun en la actualidad siendo habitado principalmente por descendientes purépecha, aun se habla la lengua y dentro de sus vestigios encontramos en pie la huatapera, el edificio que, desde que don Vasco de Quiroga se estableció en Michoacán, fue designado como hospital de indios.
Hemos visto cuan importante fue la estancia de don Miguel Hidalgo en Valladolid y de los agravios de que fueron objeto los españoles, pero hubo algo más que sucedió durante esa estancia, la respuesta que el cura de Dolores diera al edicto de Excomunión que sobre él pesaba.
Durante su estancia en Valladolid, Hidalgo “redacta un manifiesto en contestación al edicto promulgado por el Santo Oficio en el cual se le hacen diversos cargos, particularmente el de herejía, disponiendo sea leído en todas las iglesias, en él destruye los cargos que se le imputan y a la vez justifica las causas que provocaron la proclamación de la independencia; diafaniza en la réplica que hace al edicto en referencia su profesión de fe católica; destituye uno por uno los cargo que, la inquisición le formula; ataca a los españoles dando a conocer los medios de que se valen para conservar el dominio que tienen sobre las riquezas del suelo mexicano y finalmente hace un llamado a todos los americanos (nacidos en
“Pide también la integración de un Congreso de Representantes de todas las ciudades, villas y lugares de
Conservar nuestra religión.
Dictar leyes que beneficien al pueblo
Que destierren la pobreza
Que evite la extracción del dinero de nuestro suelo
Que fomenten las artes y las industrias y
Que impulsen el uso y la producción de las tierras del País.
Por ultimo convoca a una junta de Oficiales para organizar un nuevo ejército.” (1)
El cura Hidalgo pasó la noche en esta comunidad, en la casa ya casi en ruinas que se ubica en el que actualmente se denomina Portal Melchor Ocampo en el número 23. Se dice que la casa era propiedad de Tiburcio Delgado, para luego pasar a manos de Cipriano Tapia, quien la heredara a su hijo, Ernesto Tapia.
Y es en Teremendo que encontramos a un personaje más que participó en la lucha de Independencia, que fuera olvidado por la historia y que ahora, debido a los festejos del Bicentenario está siendo rescatado, el padre José Guadalupe Salto.
Para leer más sobre el padre Salto, entra aquí:
http://www.lajornadamichoacan.com.mx/2008/05/11/index.php?section=cultura&article=014n1cul
Fuentes:
1.- Jiménez de
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