Estamos en un punto en el que, supongo, hubo una confusión con el profesor Jiménez de la Rosa, hace ya cincuenta años de ello. El anota que hubo un punto del actual estado de Nuevo León que fue tocado por el ejército Insurgente; lo marca en Jesús María, luego de cruzar San Luis Potosí y entrar en Coahuila, pero, sabemos bien, el profesor no hizo el recorrido físicamente, sino que, perteneciendo él al magisterio, se basó en informes que algunos de los delegados en los distintos estados les hicieron llegar.
En el caso de Coahuila se marcan dos puntos con el mismo nombre: Agua Nueva, uno bien identificado, al sur de Saltillo, el otro en dirección norte antes de Acatita de Baján. Ahora que contamos con las enormes facilidades que nos dan los sistemas electrónicos, vemos en los mapas satelitales que el paso del contingente fue luego de la hacienda de Anhelo, rumbo a El Espinazo, población que hoy día está justo en los límites estatales de Nuevo León y Coahuila, de allí se adentra en una parte del actual territorio Neoleonés, pasando por la comunidad de Agua Nueva para luego seguir rumbo a La Joya, nuevamente en el estado de Coahuila. Será bueno que el gobierno de Nuevo León considere que, por un punto de su geografía hace justos doscientos años pasó el cura Hidalgo y los demás héroes nuestra Independencia.
Los puntos que ahora se están marcando en la Ruta de Hidalgo son relativamente cercanos los unos de los otros, Anhelo, El Espinazo, La Joya, Agua Nueva, Loma de Baján, Estanque del Marqués y la Loma del Prendimento, solo que son de dificultoso tránsito, dadas las condiciones extremas que allí existen. Si a eso le agregamos el desgaste físico y emocional que todos los integrantes de la caravana que, como lo hemos ido leyendo, cada vez están más desorganizados y menos compactos, su vulnerabilidad se vuelve mayor. En el artículo de hoy y los que siguen, estaremos viendo las distintas versiones que historiadores y el testigo que hubo, Pedro García, dan del acontecimiento de ese sombrío 21 de marzo de 1811.
Tendrían que pasar seis años para que Xavier Mina apareciera en territorio de la Nueva España y tendrían que pasar doscientos años para que, ahora en pleno Bicentenario logremos unir, idealmente, la figura de Hidalgo con la de Mina, justo por el paso de Nuevo León.
Marzo 20, 1811. Llegó por la mañana Francisco Ignacio Elizondo a Baján y para que la celada no fracasara colocó las fuerzas de su mando en el recodo de la loma, sitio no visible para los que van llegando, dispositivos que tomó debido a las informaciones enviadas por los espías Sebastián Rodríguez y Enrique Neri cuando los insurgentes llegaban a la Joya estaba ya a
Marzo 21, 1811. La caravana insurgente sale de la Joya con dirección a Baján a muy temprana hora con la esperanza de encontrar fuerzas amigas, pasando por Agua Nueva donde tampoco encuentran el preciado líquido para saciar su sed. El desplazamiento continúa por aquellas llanuras áridas y de calor sofocante, haciéndose en cada momento más insoportable la marcha por lo embarazoso del bagaje, por la falta de provisiones, por la escasez de agua, ya que como se dijo antes en esta región, todas las norias habían sido azolvadas por órdenes de Elizondo, quién ya se encontraba desde las 9 de la mañana del día 20 en Acatita de Baján, apostado en el recodo de la Loma, conocida con el nombre de “La Loma de los Tontos”, que la gene del pueblo bajo llamaba con otra manera y que hoy conocemos con el nombre de la “Loma del Prendimento”. (1)
Fuente:
1.- Jiménez de la Rosa, Felipe. Ruta de Hidalgo 1810-1811. Lápiz y Papel de México. México, 1960.
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