

Los asistentes fueron el cura de Chihuahua don Mateo Sánchez Álvarez; fray Juan Francisco García, Guardían del Convento de San Francisco y otro monje franciscano llamado fray José Tárrraga; los cuatro estaban revestidos con el Amito, Alba (indumentaria), Cíngulo, Estola y Capa pluvial, las dos últimas piezas de color encarnado. Los dos clérigos tenían bonete en la cabeza y los monjes estaban sin el Bonete (indumentaria). A los lados de los asistentes estaban en pie los jueces civiles don Manuel Salcedo y don Ángel Avella y fray José María Rojas, notario del acto. El patio estaba lleno de espectadores, vecinos de Chihuahua, unos españoles y otros mexicanos, unos ricos y los más de la plebe.
Sobre una mesa que se puso cerca del altar se colocó un traje eclesiástico a saber: Alzacuellos, unos ornamentos sacerdotales, un cáliz, una Patena y unas Vinajeras. Se sacó a Hidalgo del calabozo y se llevó al corredor, como estaba cuando fue aprehendido en Acatita de Baján, esto es, con grillos y vestido seglar, calzón corto, chaqueta larga, medias negras y zapatos bajos con hebillas, se le quitaron los grillos y comenzaron las ceremonias de la Degradación.

"Te arrancamos la potestad de sacrificar, consagrar y bendecir que recibiste con la unción de las manos y los dedos". Enseguida le fue quitado cada uno de los ornamentos sacerdotales y al despojarlo de cada uno pronunció unas palabras rituales de execración. Después le quitó la sotana y el alzacuello, pronunciando estas palabras solemnes: "Por la autoridad de Dios Omnipotente, Padre, Hijo y Espíritu Santo, y la nuestra, te quitamos el hábito clerical y te desnudamos del adorno de la religión y te despojamos, te desnudamos de todo orden, beneficio y privilegio clerical; y por ser indigno de la profesión eclesiástica , te devolvemos con ignominia al estado y hábito seglar". Enseguida con unas tijeras le cortó un poco de pelo de la cabeza y un peluquero siguió la operación cortándole todo el cabello, de modo que no se le conociese la corona, pronunciando el Ministro estas palabras: "Te arrojamos de la suerte del Señor, como hijo ingrato, y borramos de la cabeza tu corona, signo real del sacerdocio, a causa de la maldad de tu conducta".

Fuentes:
1.- Rivera, Agustín. Anales de la vida del Padre de la Patria, Miguel Hidalgo y Costilla. Archivo General del Gobierno del Estado de Guanajuato. Guanajuato, 2003.
Nota: La primera fotografía corresponde al Museo de la Alhóndiga de Granaditas. Las siguientes son una curiosidad que me hicieron favor de hacer llegar en donde vemos como, durante los festejos del Centenario hubo incluso la publicación de esta biografía en inglés por un autor norteamericano y, como lo marcaba la tradición, se dedicó la obra a don Porfirio Díaz.
(*) Execración: Consiste en condenar o maldecir con autoridad sacerdotal o en nombre de cosas sagradas, a alguien o algo. Ejemplo: Dios supremo a cuya vista no se puede ocultar el corazón del hombre, levantad vuestro brazo omnipotente y descargadlo sobre mi cabeza.
(*) Execración: Consiste en condenar o maldecir con autoridad sacerdotal o en nombre de cosas sagradas, a alguien o algo. Ejemplo: Dios supremo a cuya vista no se puede ocultar el corazón del hombre, levantad vuestro brazo omnipotente y descargadlo sobre mi cabeza.
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