lunes, 29 de diciembre de 2014

San Luis Potosí 1800: Un encuentro festivo de amigos que, diez años después se convertirían en enemigos.

   Podríamos usar la frase bien conocida de los "intrincados caminos del Señor" en este caso el cual nos refiere a un evento ocurrido en la ciudad de San Luis Potosí en octubre de 1800 cuando ocurrió la bendición del lujoso Santuario de Guadalupe, el cual "fue obra de Felipe Cleere, su construcción comenzó en 1772, y culmino en octubre de 1800 cuando se verificó la ceremonia de dedicación. Conjuntó en su fachada elementos barrocos y neoclásicos logrando una original composición, incluso retomó la idea de la disposición en biombo de la portada principal de la parroquia, pero dándole una solución diferente y más sencilla, ya que esta se levantó en un solo plano y el efecto perseguido lo logró con la disposición de la balaustrada y el grosor de sus columnas adosadas y el resto lo complementó la perspectiva". (Tomado de Ciudad de San Luis Potosí.)

   Por la zona vivían varios de los personajes que participarían activamente en los primeros meses de la Guerra de Independencia, uno de ellos, el más importante era el cura del cercano pueblo de San Felipe, ese que conocemos coloquialmente como "Torresmochas", don Miguel Hidalgo y Costilla; otro, casado con acaudalada dama potosina, vivía no muy lejos de la ciudad de San Luis en la hacienda propiedad de su esposa que, como marcaba la costumbre de la época, era ya su propiedad, nos referimos a Félix María Calleja. Y el tercero de igual importancia, era un militar de la Corona española que había sido desplazado de Xalapa para San Luis. Todos ellos coincidieron en un evento posterior a la bendición del nuevo Santuario. Veamos:

   "En ese año se efectuó en San Luis Potosí la bendición del Santuario de Guadalupe, dando lugar a grandes fiestas profanas y religiosas, habiendo oficiado el cura de San Felipe don Miguel Hidalgo y Costilla el 10 de octubre de primera misa que se celebró en el Santuario, a donde fue especialmente invitado para esa ceremonia. El domingo 13 dieron principio las fiestas profanas, que tuvieron como principal atractivo la celebración de corridas de toros. El coronel Calleja, desando participar en la brillantez de esas corridas, ofreció al Ayuntamiento su cooperación y ordenó que la primera compañía del Regimiento de Dragones Provinciales de la Reina, al mando de don Ignacio de Allende, llevando como segundo al subteniente Miguel González Nuñez, ambos y la tropa con uniforme de gala, hiciera el despojo militar, ejecutando en el redondel de la plaza de toros maniobras de caballería como se acostumbraba en España y en la capital del Virreinato y que nunca se habían visto en San Luis.

Esto dio ocasión a que Allende luciera sus habilidades de jinete y se viera la organización y disciplina que había impuesto en su compañía siendo muy aplaudido por el numeroso público y felicitado por el cura Hidalgo y Calleja que juntos se encontraban en el palco de honor presenciando el festejo. Nadie hubiera sido capaz de imaginarse que en la plaza de toros de San Luis estaban los tres principales actores del drama de 1810: Allende, Hidalgo y Calleja." (1)

   Esta nota nos recuerda que uno de los negocios que don Miguel Hidalgo tenía era, precisamente, la cría de toros de lidia en sus haciendas de lo que hoy conocemos por Ciudad Hidalgo, Michoacán, que entonces se llamaba Taxiamora, una de ellas, de nombre Jaripeo. Recordamos, también, el estupendo artículo publicado en De Sol y Sombra sobre la pasión de Hidalgo por los toros. También, en relación a los toros, habrá que recordar a su casi guardaespaldas, Agustín Marroquín, quien trabajaba en las corridas de toros sea de matador de toros, que matando a los toros.

Fuente:

1.- Barajas Becerra, Antonio. Generalísimo don Igancio de Allende y Unzaga. Iniciador de la Independencia de México. Edición del Autor. México, 1985. pp.36-37.

Las interesantes imágenes de los uniformes de los Dragones de la Reina las obtuve del blog de Alfons Cánovas Miniaturas Militares.

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