Hablar de un movimiento de insurrección en los primeros años del Virreinato suena raro. Raro pero lo hubo, a la historia pasa con el título de Guerra Chichimeca, de la cual poco se estudió y fue hasta la aparición de la obra de Philip Powell que se entiende con ese nombre y se conocen mejor los hechos. Como en este espacio hemos dado cuenta de distintos movimientos de Insurrección, más allá del de 1810-1821, esta vez, apoyándonos con lo escrito por el autor mencionado veremos los nombres de los principales caudillos que comandaban a esos insurrectos:
“Para la década de 1570, los españoles conocían bien a un buen número de las tribus y los caudillos principales de los guachichiles. Uno de tales caudillos, Xale, que tenía muchos seguidores, dominaba el Tunal Grande. Fue sucedido por un jefe llamado Bartolomillo, que fue ahorcado tal vez en 1570 por el doctor Sande, administrador fronterizo del gobierno virreinal. Entonces Bartolomillo fue sucedido por Antón Rallado (probablemente así llamado por pinturas o incisiones que llevaba en el cuerpo). Macolia, otro jefe famoso entre los españoles, encabezó un gran número de guachichiles que vivían con Bartolomillo en el valle de San Francisco, Macolia, también ahorcado por el doctor Sande, fue sucedido por un hijo suyo del mismo nombre, para 1570 el más célebre de los grupos guachichiles era el que estaba localizado cerca de las Bocas de Maticoya, encabezado por Martinillo; debía su notoriedad a ser el grupo que más daños había causado a los españoles. Otros jefes guachichiles cuyos nombres llegaron a conocer los españoles fueron: Machicab, Guazcalo, Moquimahal, Gualiname, Nacolame, Acuaname, Juan Tensso y Juan Vaquero: otros tantos ejemplos de sus tipos de nombres". (1)
“Pero entre la nueva villa y la capital de la colonia se interponían, entorpeciendo el tráfico y causando terribles estragos en las caravanas que por allí cruzaban, las indomables tribus de los chichimecas; y al ocupar el virreinato don Luis de Velasco, las depredaciones de aquellos hombres eran más terribles, porque a la cabeza de esos pueblos estaba un jefe, a quien los historiadores dicen que llamaban los indios Maxorro, hombre audaz, inteligente, astuto y que gozaba de inmenso prestigio entre los suyos. Maxorro, para probar a sus tropas que solo por las armas de fuego podían sobreponerse los españoles y no por su valor y fuerza personal, dispuso una emboscada en el punto llamado Ojuelos y arregló con tal acierto su campo, que cayendo repentinamente sobre un gran convoy en que iban más de treinta carretas y muchas mulas cargadas de ricas mercancías escoltadas por un destacamento de soldados españoles, se apoderó de todo, mató a la mayor parte de los soldados y pasajeros, escapando solo aquellos cuyos caballos por su ligereza alcanzaron a sacarles del lugar del desastre. Este acontecimiento desgraciado alarmó al virrey y le hizo procurar un medio para dar seguridad al camino de Zacatecas; pero no encontrando otro mejor que el de poner en él fuertes destacamentos, hizo fundar dos villas de españoles que sirvieron de colonias militares: la de San Felipe y la de San Miguel, que se conoció después en la Nueva España por San Miguel el Grande.” (2)
"La Rebelión de los guamares fue un movimiento indígena de la región de Guanajuato iniciada entre los años 1563 y 1568 contra las autoridades virreinales de Nueva España y que conocemos principalmente por los relatos de don Pedro Ahumada de Sámano, quien se encargó de sofocar el levantamiento. Las incursiones de los guamares contra los españoles se originaron en 1563 cuando destruyeron el asentamiento de Pénjamo. Posteriormente los rebeldes atacaron Comanja y asesinaron a los españoles allí asentados, dejando tan solo dos supervivientes. En 1569 los insurrectos tomaron el puerto del Robledal, cerca de Guanajuato, y llegaron hasta Xilotepec. Se cree que en algunas ocasiones los rebeldes fueron ayudados por los indios catequizados de San Miguel y Pénjamo. Para detener la rebelión, las autoridades virreinales dispusieron la fundación de varios presidios en la frontera de los chichimecas". (Wikipedia.)
Fuentes:
1.- Powell, Philp. La guerra Chichimeca. Lecturas Mexicanas 52. Fondo de Cultura Económica, México, 1984. pp. 50-52
2.- Riva Palacio, Vicente. México a través de los siglos. Editorial Cumbre. Tomo V. México, 1987. p.140
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