No me cansaré nunca de referirme a don Miguel Hidalgo como el "cura bribón", pienso que es la más justa descripción en tan solo dos palabras de su muy interesante personalidad. A nuestro Padre de la Patria fue Ignacio Allende quién lo nombró así y él, Allende lo conoció muy bien, tanto en los toros, como en las jugadas, como en las comidas y, seguramente compartió, al menos, un festejo en una noche como la de hoy, 28 de septiembre en la que, se dice, es cuando "el diablo anda suelto".
Don Miguel Hidalgo llevó varios nombres en su registro, lo conocemos por el de Miguel, pues nació el 8 de mayo, cuando San Miguel se apareció y, según la tradición antigua, uno llevaría el nombre del santo que se venera el día del nacimiento. Llevaba también el nombre de Gregorio, quizá sea porque muy cerca de Corralejo, donde don Cristóbal, su padre, vivió por muchos años hay un cerro, una hacienda y una capilla que está dedicada a ese santo, Doctor de la Iglesia, cuya festividad es el 3 de septiembre, Antonio era el siguiente nombre, en franca referencia al santo más reconocido en la Iglesia universal, cuya fiesta es el 13 de junio; quizá doña Ana María Gallaga era fiel devota de San Antonio de Padua y por eso su primogénito llevaba ese nombre. Por último Ignacio era el otro nombre que portaba, Ignacio de Loyola, el que recordamos cada 31 de julio, fundador de la Compañía de Jesús. Será bueno recordar que uno de los primeros grandes viajes que debe hacer Miguel Hidalgo es cuando, los Jesuitas son expulsados de la Nueva España, y él estaba en un colegio jesuita que tuvo que cerrar sus puertas por este motivo.
Pero es hoy, 28 de septiembre la noche en que, posiblemente el diablo se suelte, pues mañana, 29 de septiembre, San Miguel estará muy ocupado, pues es su celebración. Así que, si don Miguel Hidalgo llevaba cuatro nombres, seguro que tenía cuatro fiestas por ser el "día de su santo" solo que, a San Miguel se le celebra dos veces y él, el cura de Dolores, dado a los fandangos, tenía cinco pretextos para festejarse.
Pero hubo un 28 de septiembre que de seguro no festejó, ese fue el de 1810, pues fue el día en que se dio uno de los más sangrientos enfrentamientos entre Realistas e Insurgentes, de hecho, fue el primero de los que hubo a lo largo de once años, ese 28 de septiembre de 1810 fue la toma de Granaditas.
Hay muchas maneras de ver la Historia, una que he encontrado, a sabiendas que durante la colonia, esos tres siglos la vida giraba en torno a la religión, por lo tanto, la Historia vista desde el punto de vista de las tradiciones religiosas nos da otro aspecto de los acontecimientos.
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